miércoles, 29 de agosto de 2018

EL FORTÍN DE LA GUERRA CIVIL



Volvemos a visitar el fortín de la guerra civil y el cerro del Socorro. Subirnos al cerro del Socorro para descubrir los restos de un antiguo fortín y contemplar las increíbles vistas sobre la ciudad de Cuenca. Recomendamos hacer la ruta a pie por el sendero que sale desde el Parador de Turismo y que encontraremos marcado con las señales del GR66. Seguiremos el camino pasando la zona de rocas y dejando atrás la ciudad de Cuenca. Subimos por la zona del camino que sigue el vía crucis y veremos a lo lejos la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. A la izquierda el camino se bifurca en una senda más pequeña que indica hacía la casa rural Miralbueno. Por ahí debemos seguir. Llegará un momento en el que el sendero se cruza con la carretera que va hacía el monumento del Sagrado Corazón. Hay un punto en la carretera en el que vemos una curva muy pronunciada, y en ese mismo punto veremos que hacia la parte alta sale un senderito que sube por la ladera. Si deciden subir en coche, podrán hacerlo por la carretera que sube  hasta el cerro del Socorro desde la carretera de Palomera.

Seguimos el ascenso por esa senda hasta la parte alta desde la que ya se ve el fortín de la guerra civil, también llamado de Mirabueno o del cerro del Socorro. Era este un punto estratégico en la defensa de la ciudad de Cuenca. La edificación está ubicada en un punto bastante bien camuflado, pero desde ese lugar se puede ver la ciudad. Mucha gente llama también a esta construcción el blocao”, que proviene de la palabra “Blockhouse”: pequeña fortificación de planta cuadrada, que generalmente consiste en una o más habitaciones con aspilleras, lo que permite a sus defensores disparar en varias direcciones”. Se sorprendera el visitante de la rigidez de los muros, de la forma cuadrada del edificio, de los huecos para las armas, hassta del lugar donde se ubica. En las paredes se pueden ver todavia marcas realizadas en el cemento de las mismas, entre ellas, una de la CNT y otra de la FAI, además de la fecha 1936 , que el año en que comenzó la construcción del blocao. Y todo frente a unas vistas espectaculares de la ciudad antígua de Cuenca y de la hoz del Huécar. El fortín fue construido en 1936 por las fuerzas republicanas, compuesto por tres elementos: el fortín o blocao, un nido de ametralladoras o armas pesadas y la trinchera que los une.



 
 
 



lunes, 27 de agosto de 2018

VILLA ROMANA DE NOHEDA



La Villa romana de Noheda es un yacimiento arqueológico localizado junto a la localidad de Noheda, se encuentra en la pedanía de Noheda, en el término municipal de Villar de Domingo García (Cuenca España). Villa tardorromana de finales del siglo IV. Según algunas fuentes correspondería a la población romana Urbiaca. Se encuentra en un terreno en ligera pendiente delimitado al sur por el arroyo Chillarón y más al sur se sitúan los cerros de La Muela y El Castillejo, junto a Noheda, mientras que al norte se ubica el monte de Sacedoncillo y al oeste la nacional 320.

En la Tabula Imperii Romano se registra Noheda con los siguientes parámetros: (Sacedoncillo. CM. CU.) PR. H. CIT. CON. CARTH. DIOEC. HISP. PR. CARTH. 40º 12´N-2º 17´W. VIL. Vh. Según Abascal y Blázquez, los restos romanos de Noheda se identifican como una de las mansiones localizadas a lo largo de la via 31 y es reconocida con el topónimo de Urbiaca. En la misma fuente documental se deja constancia de que en las cercanías del pueblo de Noheda, junto a la carretera de Cuenca a Priego, se encuentra la villa Tardorromana de la que se conservan restos de muros, vasijas de gran tamaño, fragmentos de mosaico, de mármol decorativo y esculturas de un Descubrimiento y excavación del yacimiento. El descubrimiento de la villa romana de Noheda se produjo en 1984 de forma fortuita. Durante la realización de labores de labranza por parte de la familia Lledó, propietaria de las tierras, quedó al descubierto un pedazo de mosaico. No obstante, no se llevó a cabo ningún tipo de exploración intensiva hasta 2005.

A instancias de su descubridor, José Luis Lledó Sandoval, se inició una primera campaña de excavación en el mes de diciembre de 2005 a cargo del Instituto del Patrimonio Histórico de España (I.P.H.E), actualmente Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), y posteriormente se han venido realizando campañas sistemáticas de excavación a cargo de la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha que han permitido descubrir hasta el momento una amplia serie de habitaciones y estancias de la vivienda, además de la zona de las termas de la villa.
Después de las gestiones realizadas por el Gobierno regional de Castilla la Mancha para la adquisición de los terrenos se estimó que el yacimiento podría ser visitable por el público en 2015. Desgraciadamente, no ha sido así, puesto que el mosaico está pendiente de restaurarse y no se abrirá al público hasta entonces.
Descripción
El yacimiento arqueológico está compuesto por restos inmuebles de una villa romana. En particular, se han documentado varias habitaciones de lo que sería parte del edificio santuario del complejo rural tardorromano. La primera sala documentada tiene planta cuadrangular y presenta tres de sus lados rematados con sendas exedras, mientras que al oeste se ubica el acceso o entrada. Esta sala tricora tiene una superficie de unos 300 metros cuadrados y está pavimentada con mosaicos mientras que el zócalo de las paredes está decorado con opus sectile y la parte superior con pintura mural. El programa decorativo  descubierto consta de una escena principal figurada que representa un cortejo nupcial y varias secundarias entre las que destacan una escena báquica, además de diversos paneles con decoración geométrica y vegetal. Al noreste de la sala tricora se ha documentado una sala de dimensiones más reducidas y planta octogonal cuyo zócalo interior presenta restos de la decoración vegetal estucada. En el entorno de estas salas se han documentado otras habitaciones anexas en las que se han recuperado otros restos de pinturas y estucos decorativos. Además, se han registrado otro tipo de elementos estructurales y conducciones, así como numerosos elementos muebles entre los que destacan varios fragmentos de esculturas de marmol blanco.
Por otra parte, son apreciables los restos dispersos de materiales muebles a un lado y otr o del río Chillarón y en las laderas de los cerros ubicados al norte que evidencian la presencia de restos de otras áreas del complejo rural romano.

VILLAR DE DOMINGO GARCÍA- NOHEDA
La villa más lujosa de la Hispania romana enseña sus tesoros.

Castilla-La Mancha ha abierto, a partir del día 19 de junio, al público la hacienda de un aristócrata inmensamente rico que incluye el mayor mosaico figurativo del mundo y una colección de 500 piezas de mármol. Se encuentra en la provincia de Cuenca, en la pedanía de NOHEDA.Tan adinerado como para hacerse traer en el siglo IV el vino desde Siria (a 4.921 kilómetros de distancia) porque los caldos de la tierra donde residía no resultaban de su gusto. Un individuo tan poderoso que la villa en la que vivía y hacía negocios (un conjunto de edificaciones) ocupaba 10 hectáreas, según los últimos datos del georradar. Solo el salón de su casa (triclinium) medía 291 metros cuadrados y estaba decorado con mosaicos dignos del palacio de un emperador. Ese hombre existió, explica Miguel Ángel Valero, profesor de Historia Antigua de la Universidad de Castilla-La Mancha. Todavía se desconoce cómo se llamaba. Pero tarde o temprano lo sabremos, sostiene Valero, que lleva una década desenterrando sus impresionantes propiedades, ya lo ha hecho en un 5% del total.

Ahora la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ha abierto el yacimiento, denominado Villa de Noheda, en la localidad de Villar de Domingo García (218 habitantes), y a hacer públicos los espectaculares resultados de las investigaciones: el mayor conjunto escultórico en mármol de la Hispania romana, con medio millar de grandes fragmentos, y el mayor mosaico figurativo del Imperio.
Su descubrimiento, como he señalado antes, fue de forma fortuita cuando un tractor topó con un terreno muy duro (conocido desde siempre como El Pedregal o Cuesta de los Herreros) en la pedanía de Noheda. Cuando el arado abrió la tierra, cientos de pequeñas piedras de vivos colores volvieron a la luz. Eran parte de las teselas que conformaban los mosaicos.
Los servicios arqueológicos comenzaron las excavaciones ya que en un mapa de Alonso de la Cruz (1554), que se guarda en el monasterio del Escorial, denomina al lugar Villar de la Vila y en 1897 Francisco de Coello ya describió la existencia de unas ruinas romanas, con teselas, en la pedanía de Noheda. La realidad superó a todo lo imaginable. Noheda es un fiel reflejo de un intento de transmitir un mensaje de alta carga ideológica y propagandística: el poder de un terrateniente (dominus) que garantizaba la estabilidad económica y social a la comunidad. Erigió un gigantesco complejo residencial que conjugaba los conceptos de ocio y negocio dentro de una gran extensión de tierras (fundus). De hecho, a estos conjuntos de explotación agraria se los denomina urbes in rure (ciudades en el campo), recuerda el profesor. El fundus —que ocupaba 80 kilómetros cuadrados— lo componían las tierras de cultivo (ager), los pastos para el ganado (saltus) y un área montañosa (silva) de donde se obtenía madera. La villa se alzaba en un punto estratégico de la hacienda con suficientes recursos hídricos, resguardados de los vientos del norte y cercanos a una vía de comunicación. En el caso de Noheda, la hacienda estaba suficientemente alejada de la calzada romana para no ser detectada por visitas indeseadas o asaltada por legiones hambrientas. Las pinturas que decoran las paredes de las villas romanas, los mosaicos de los suelos, las esculturas y otros elementos que ornamentan estos espacios poseen un sentido. En Noheda significan la posesión de la máxima riqueza. Los especialistas no encuentran una respuesta a cómo fue posible tal acumulación de opulencia. Puede ser que el dominus estuviese relacionado con el emperador, en ese momento Teodosio, eso aún no lo sabemos, pero lo que sí está claro es que pertenecía a la alta aristocracia.
Las dimensiones son tales que el mosaico del triclinium es el más grande de tipo figurativo del imperio conocido hasta ahora. Las medidas de esta sala solo son superadas por el de Cercadilla (Córdoba) si bien este carece de mosaico. Es equiparable —aunque el de Noheda es 20 metros cuadrados mayor— al de la famosa villa siciliana de Casale, en Piazza Armerina (270 metros). Los arqueólogos consideran, en virtud de la diferencia en el número de piezas utilizadas en cada parte de la estancia, que no hubo un solo pictor imaginarius [diseñador], sino varios. También han descubierto que debajo de algunas zonas del gran mosaico se oculta otro con diferentes motivos. Es como si al dueño de la villa no le gustase un primer resultado y ordenase que se elaborase otro encima diferente y en el centro de la estancia, una fuente ornamental de la que se conservan sus canalizaciones.

¿Y qué representan las escenas? Los especialistas enumeran el mito de Enómao, Pélope e Hipodamia, dos Pantomimas, el Juicio de Paris y el Rapto de Helena, El cortejo dionisiaco y Thiasos marino. De toda la superficie construida solo se ha excavado una mínima parte (el 5% del total). En ese espacio, además del increíble mosaico, se han hallado más de 550 grandes fragmentos de esculturas, todas realizadas en mármol importado de Oriente y de Carrara [Italia]. Es el conjunto escultórico más amplio de toda Hispania, donde se incluyen figuras de Dionisios, Venus o los Dioscuros.
Con la caída del Imperio romano, la villa desaparece y queda olvidada, toda Hispania sufrió una rápida cristianización. Los nuevos habitantes utilizaron las estancias de la villa como lugar donde habitar. Las esculturas paganas fueron destruidas y lanzadas a un vertedero. Parte de ellas fueron usadas para elaborar polvo de mármol. Pero muchas pervivieron. Algunas ya han sido recuperadas.