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CUENCA
Su emplazamiento sobre una especie de península rocosa, situada entre el cauce de los ríos Júcar y Huécar, la convierte en una ciudad excepcional. Las hoces que estos ríos forman, atravesadas por diversos puentes, permiten contemplar el caserío desde abajo y darse cuenta de la inmensa audacia de las famosas Casas Colgadas, que penden literalmente sobre la hoz en un intento de aprovechar al máximo un espacio que termina de manera abrupta al precipitarse a través de formidables paredones verticales hacia las aguas del río. Desde el núcleo urbano, la visión de las hoces resulta espectacular, no menos que la contemplación, desde abajo, del emplazamiento de la ciudad en su conjunto,  con las distintas alturas de sus torres y campanarios.
Aunque en los alrededores de la ciudad se tiene constancia de población desde el Paleolítico Superior, no es hasta la conquista musulmana cuando se construye la fortaleza de Qūnka, que dio origen a la ciudad actual. Cuenca Tiene origen árabe, incluso su nombre (Conca). Con la llegada de las tropas aganeras, se comenzó a hablar de Cuenca como un centro urbano consolidado, llegando incluso sus alfombras a tener fama en Al Andalus, también los trabajos de marfil realizados por los artesanos conquenses eran conocidos en la corte de Toledo. Los musulmanes construyen  una impugnable fortaleza en lo alto de la atalaya para controlar los accesos a la Serrania, y protegida por las hoces que hacían de muralla. En la época Omeya, Cuenca desarrollaría una gran actividad agrícola y una industria textil que hicieron de ella uno de los centros de importancia del califato. Ésta se contaba en origen entre las otras tantas de la Cora de Santaver (Ercávica), pero fue ganando importancia paulatinamente. El rey cristiano Alfonso VIII la conquistó en 1177 y le otorgó el Fuero de Cuenca, uno de los más prestigiosos de la historia de Castilla. Su economía se centró en la industria textil, de gran renombre durante los siglos XV y XVI, lo que produjo una gran actividad constructiva. Sin embargo, la pañería se hundió en el siglo XVII, conllevando una drástica pérdida de población, que fue recuperándose a lo largo del siglo siguiente. En 1833 se convirtió en la capital de la nueva provincia de Cuenca, aunque las agitaciones del periodo hicieron que la ciudad se mantuviera en estado precario hasta bien entrado el siglo XX. En la actualidad, la economía se centra sobre todo en el turismo, potenciado desde que en 1996 su casco antiguo fuese declarado Patrimonio de la Humanidad.
Cuenca conserva un importante patrimonio histórico y arquitectónico, siendo declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996,  que se extiende por toda la ciudad antigua, aunque focalizado en edificios como la Catedral o las Casas Colgadas, que se han convertido en el símbolo de la ciudad. Se caracteriza también por poseer un buen número de museos (más de 10) en el reducido espacio de la ciudad antigua. Entre ellos destacan el Museo de Arte Abstracto Español, el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha y el Museo de Cuenca. Entre los principales eventos culturales se encuentran la Semana Santa y la Semana de la Música Religiosa.
El escudo de Cuenca se describe heráldicamente de la siguiente manera: En un campo de gules (rojo), un cáliz de oro sumado de una estrella de ocho puntas de plata. Al timbre corona real antigua, abierta, compuesta por un círculo de oro engastado de piedras preciosas que sostiene ocho florones, visibles cinco, interpolado de perlas. Tradicionalmente se ha explicado esta composición suponiendo que éstas fueron las armas entregadas por Alfonso VIII a la ciudad, significando el rojo la sangre que conllevó la toma de la ciudad, la estrella por haber comenzado el sitio el día de la Epifanía y el cáliz por haberse consumado éste el día de San Mateo. No obstante, la investigación heráldica ha confirmado que en una primera etapa el cáliz no sería tal, sino un cuenco, arma parlante de Cuenca al menos desde tiempos de Alfonso X. En tiempos de los Reyes Católicos se extiende la costumbre de modificar los emblemas tradicionales por otros más ornados, por lo que el cuenco se transforma en cáliz. La estrella quizás tenga su origen en el emblema del reino de Toledo, habiendo variado el número de sus puntas entre 6 y 8 a lo largo de los siglos.
Los primeros vestigios humanos de la provincia de Cuenca datan del Paleolítico Superior, en torno al 90 000 a. C. Las principales tribus de la zona parece que fueron en un principio los beribraces y arévacos, llegando luego los olcades, que tomaron el control de la mayor parte de la actual provincia y los lobetanos que tenían su capital en Lobetum. Ya en época romana la serranía conquense, se vio envuelta en varias de las Guerras Celtíberas. Si bien en la provincia existieron tres importantes ciudades romanas (Segóbriga, Ercávica y Valeria), la zona de la capital estuvo muy poco poblada, habiéndose hallado tan sólo vestigios de un pequeño asentamiento cercano al puente del Castellar.
El esquema poblacional romano se perpetuó a la llegada de las invasiones bárbaras, aunque ya con un declive de los centros urbanos romanos. Es durante la posterior invasión musulmana cuando aparece constancia de poblamiento en el emplazamiento actual de Cuenca. Aunque no está clara su fundación, ya existía en el año 784 la ciudad de Qūnka o Kūnka, favorecida por la base que establecieron los Banu Di-l-Nun, e integrada en la Cora de Santaver. La plaza fue creciendo en importancia y población, hasta que consiguió convertirse en capital de la Cora. No obstante, al caer el califato de Córdoba en 1031, quedó integrada en la Taifa de Toledo, sirviendo de puente para la conquista de los reinos de Valencia y Córdoba. Como consecuencia de la derrota de Alfonso VI en Sagrajas el rey sevillano Al-Mu'tamid aprovechó para adueñarse de Cuenca pero en 1091 los almorávides atacaron Sevilla y el rey Al-Mutamid se vio obligado a pedir ayuda al rey leonés. En 1108 Cuenca pasó al control de los almorávides tras la batalla de Uclés.
Según la tradición, Alfonso VIII puso cerco a la ciudad el día de la Epifanía de 1177 y entró triunfante en Cuenca el  21 de septiembre del mismo año. La población se distribuyó dentro de la ciudad de acuerdo con su religión: los musulmanes quedaron relegados a la zona del alcázar (actual plaza de Mangana), mientras que la judería se estableció en torno a la actual calle de Zapaterías y el resto de la ciudad se dividió en parroquias católicas. Una vez acabada la conquista, se constituyó un concejo y una sede episcopal y se llevó a cabo una campaña de repoblación, favorecida por el Fuero de Cuenca, que fue el prototipo de muchos de los subsiguientes fueros de Castilla, León, Aragón y Portugal. Alfonso X  le concedió título de ciudad en 1257. Durante los siglos XIV y XV se empezó a configurar la parte baja de la ciudad, apareciendo los barrios de San Antón y de Tiradores. En el marco de las disputas entre el rey Alfonso XI y Don Juan Manuel, Cuenca llegó a formar parte durante algunos años del señorío de Villena, volviendo a pertenecer al rey cuando éste le otorgó plena amnistía al señor de Villena. La ciudad fue asediada varias veces por los aragoneses, pero nunca llegaron a tomarla.
Cuenca se convirtió en un importante nexo económico a causa, sobre todo, de la producción textil y ganadera. El comercio de paños y la producción de alfombras trajo consigo una extensa industria de transformación de lanas, calculándose que la población de la ciudad en el siglo XVI alcanzaría los 15.000 habitantes, Cuenca se convirtió en cabeza del sistema judicial y se le concedió el voto en Cortes, mientras que la bonanza económica se tradujo en una imparable actividad constructiva. Sin embargo, la epidemia de peste de 1588 fue preludio del declive que se alargaría durante todo el siglo XVII. A la epidemia le siguió una larga sequía y varias plagas de langostas que hicieron descender drásticamente la población hasta tan sólo 1.500 habitantes en toda la ciudad. De la misma manera, la subida del precio de la lana conllevó la decadencia de la trashumancia y, como consecuencia, el hundimiento de la pañería conquense. Aunque la economía se recuperó poco a poco, el siglo XVIII comenzó con otra crisis que afectó especialmente a la actividad textil y conllevó el cierre de la Casa de la Moneda y de los molinos de papel. Durante la Guerra de Sucesión Cuenca se puso del lado de Felipe V, que compensó a la ciudad añadiendo los títulos de «Fidelísima y Heroica» a los de «Muy Noble y Muy Leal» que ya ostentaba.
De los 80 telares existentes en 1735, sólo quedaban 22 en 1763. El entonces arcediano y posteriormente obispo, Antonio Palafox, decidió relanzar la industria textil, intento que resultó infructuoso dada la prohibición de Carlos IV de abrir talleres textiles, a fin de evitar la competencia con la Real Fábrica de Tapices. A lo largo del siglo XIX se conformó la ciudad actual, convirtiéndose la calle Alfonso VIII en la principal vía que comunicaba con la Plaza Mayor. Sin embargo, las agitaciones del periodo hicieron que la ciudad se mantuviera en estado precario hasta bien entrado el siglo XX. Durante la Guerra de la Independencia la ciudad resultó saqueada más de 9 veces, y la población diezmada. En 1833 se convirtió en la capital de la nueva provincia de Cuenca, al tiempo que comenzaba la Primera Guerra Carlista, que se saldó tan sólo con varias tentativas de ataque. La Segunda Guerra Carlista apenas tuvo ninguna repercusión en la ciudad, mientras que durante la Tercera fue saqueada dos veces. El segundo ataque, en 1874, fue el más cruento de todos: ardió gran parte de la ciudad y la batalla se saldó con 300 muertos, 40 de ellos civiles, y 700 heridos. En 1883 llegó el ferrocarril desde Aranjuez, lo que unido a la instalación de unas pocas serrerías ayudó a la recuperación económica, superando los 10.000 habitantes en 1900.
Si ya a finales del siglo XIX la parte alta de la ciudad deja de ser el centro económico y social, desplazándose éste a la calle Carretería, este cambio se ve intensificado a medida que avanza el siglo XX. Se construye el parque de San Julián sobre las antiguas huertas del Huécar y aumentan en tamaño tanto este barrio como los de San Antón y de Tiradores. El dinamismo económico que se vivió a principios de siglo promovió la aparición de algunas industrias modernas y, por tanto, de los movimientos obreros y socialistas en la ciudad. El 17 de julio de 1931, días después de proclamarse la Segunda República se constituyó el nuevo ayuntamiento. Durante la Guerra Civil Cuenca quedó del lado republicano. Los primeros días reinó el caos, produciéndose los mayores destrozos, entre ellos el saqueo del Palacio Episcopal y la catedral, donde se quemaron los restos de San Julián. Aun así, y pese a los rigores de la guerra y los esporádicos ataques, Cuenca vivió bastante al margen de la guerra los años subsiguientes, siendo tomada por las tropas franquistas el 29 de marzo de 1939.
Los años de la posguerra son también los del éxodo rural y con él, la construcción de la Cuenca moderna, consolidándose de manera definitiva la ciudad nueva como centro de la ciudad, y quedando la ciudad antigua como barrio periférico, casi en estado de abandono en algunos puntos. En 1963 el casco antiguo de Cuenca y su entorno se declaran "Paisaje Pintoresco",lo que, unido a la fundación en 1966 del Museo de Arte Abstracto Español en las Casas Colgadas, promueve la recuperación de este entorno y su promoción turística. El 7 de diciembre de 1996 la ciudad antigua, sus antiguos arrabales y las hoces de ambos ríos son declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. 
Patrimonio religioso: 
Catedral de Cuenca: Se empezó a construir en el siglo XII en el mismo emplazamiento en que se levantaba la mezquita aljama y representa uno de los ejemplos más tempranos del gótico en España. La consagró en 1208 el arzobispo Ximénez de Rada, pero no se terminó hasta 1271. Se trata de un edificio excepcional con elementos de la transición del románico al gótico y otros del siglo XIII y del XV. Tiene planta de cruz latina, con tres naves y transepto. Muestra reminiscencias del Císter en sus bóvedas, mientras que la linterna cuadrada tiene inspiración inglesa de la escuela anglo-normanda. Las capillas laterales se concluyeron a partir del siglo XVI, destacando la de los Apóstoles y la del Espíritu Santo, también llamada Capilla de los Caballeros. Al claustro se accede por el arco renacentista de Jamete, siendo también digno de mención el Transparente, una creación barroca de Ventura Rodríguez. En 1902 se derrumbó la Torre del Giraldillo, dañando seriamente la fachada, tras lo cual tuvo que demolerse y se construye la actual fachada neogótica, siguiendo el mismo estilo constructivo general. El último cambio fue la instalación de las vidrieras faltantes, realizadas por artistas contemporáneos como Gustavo Torner. Junto a la catedral se sitúa el Palacio Episcopal. 
Palacio Episcopal: Es anexo a la Catedral y en su interior se halla el Museo Diocesano. El edificio no muestra ningún diseño concreto, sino que es resultado de los cambios y reformas que se han llevado a cabo desde que comenzó a construirse en el siglo XIII. Destaca la fachada, reformada en el siglo XVIII. 
Iglesia de San Andrés: Se construyó en el siglo XVI bajo la dirección del arquitecto Pedro de Alviz. En 1936 el templo sufrió gravísimos daños y después de la guerra civil fue cedido a las cofradías, con el fin de albergar sus pasos procesionales. 
Iglesia de San Miguel: Se comenzó a construir en el siglo XIII, conservándose el ábside de esta época. El resto del templo se reformó en el siglo XVIII y se restauró en el siglo XX. Destaca su portada renacentista. En la actualidad suele albergar conciertos y otros actos culturales. 
Iglesia de San Nicolás: Se trata de un edificio sencillo de una sola nave, construido en estilo renacentista. Destaca además su plaza, a la que se accede por el arco de San Nicolás. 
Iglesia de San Pedro: El edificio actual es del siglo XVIII y está construido sobre el solar de una antigua mezquita. Tiene planta octogonal con una enorme cúpula sobre tambor y un impresionante artesonado mudéjar del siglo XVI. Se construyó según los planos del arquitecto Martín de Aldehuela, que también trabajó en la iglesia de Nuestra Señora de la Luz y en el convento de las Petras. En su interior hay obras del imaginero de la Semana Santa conquense Marco Pérez. 
Iglesia de Santa Cruz: Se construyó en el siglo XVI y se reformó en varias ocasiones. Actualmente se utiliza como sala de exposición y venta de productos artesanos. 
Iglesia de El Salvador: Del siglo XVI, es de una nave, con capillas entre los contrafuertes según la tradición levantina y estaba cubierta con armadura de madera, después sustituida. La torre actual se levantó en 1903. 
Iglesia San Pantaleónde Jerusalén: La levantaron los caballeros templarios en el siglo XIII y en la actualidad sólo se conservan una serie de ruinas. 
Iglesia de la Virgen de la Luz: Se levantó en el siglo XVI sobre la ermita que, según la tradición, mando edificar Alfonso VIII tras aparecérsele la Virgen. Declarada Bien de Interes cultural en febrero de 2015. 
Ermita de la Virgen de las Angustias: Se trata de una pequeña edificación apartada del casco urbano y estrechamente relacionada con la Semana Santa conquense. La portada es del siglo XVII, siendo el resto del edificio del siglo XVIII, obra de Marín de Aldehuela. 
Conventos y monasterios: 
Convento de San Pablo (actual Parador Nacional): Se empezó a construir en 1523 como convento de dominicos, aprovechando la estructura rocosa de la hoz. La iglesia, de estilo gótico decadente y portada de transición del barroco al rococó, alberga el Espacio Torner. 
Convento de la Merced: Es un antiguo cenobio de la orden de la Merced Calzada edificado entre los siglos XVI y XVIII, siendo su estilo predominante el Barroco. Sus dependencias se reparten actualmente entre el Seminario Conciliar de San Julián y la comunidad de monjas Esclavas del Santísimo Sacramento y de María Inmaculada. El edificio, del siglo XVIII, conserva muros del antiguo palacio de los marqueses de Cañete y Hurtado de Mendoza, virreyes del Perú y fundadores de la Cuenca de Ecuador. 
Convento de San Felipe Neri: Se construyó bajo la dirección de José Martín en el siglo XVIII y es una de las principales muestras del rococó en España. Adquiere especial protagonismo durante la Semana Santa conquense, pues en sus escalinatas se canta el Miserere. 
Convento de las Petras: Se edificó en el siglo XVIII y está situado en la Plaza Mayor. 
Convento de las Angélicas: El edificio, anexo a la iglesia de San Nicolás de Bari, se edificó en el siglo XVI. En la actualidad alberga la Escuela de Oficios. 
Convento de las Celadoras del Sagrado Corazón de Jesús: Se levantó en el siglo XVII y actualmente es sede de un hotel. 
Monasterio de la Concepción Franciscana: Se construyó en el siglo XV y se sitúa extramuros de la ciudad, en la antigua Puerta de Valencia. 
Monasterio de los Franciscanos Descalzos: Es un edificio del siglo XVI en cuyo atrio destaca una cruz tallada en piedra con una mano esculpida que, según la leyenda, pertenece a Don Diego. Se la conoce como la Cruz del Convertido, por la leyenda de Don Diego y Doña Diana, ésta última el diablo transformado en mujer, que arrastra a Diego a un sinfín de rebeldías. Al final, descubre que todo es obra de los engaños del maligno y devuelve a su cauce. 
Monasterio de Madres Benedictinas: Fue fundado el día 14 de diciembre de 1448 por encargo y comisión de su fundador Pedro Arias de Vamonde. Destaca la fachada suroeste, con fábrica vista de sillería y mampostería y una ordenada composición de vanos, todos ellos defendidos por rejas de hierro forjado de sencilla traza.

Patrimonio civil: 
Casas Colgadas: Es el monumento más característico de la ciudad. Se trata de una serie de viviendas edificadas desde al menos el siglo XV directamente sobre la Hoz del Huécar. Su origen parece estar en una casa señorial y, hasta la actualidad, han tenido varios usos, entre ellos el de Ayuntamiento. Actualmente el conjunto consiste en tres casas, dos de las cuales (Las Casas del Rey) albergan el Museo de Arte Abstracto Español, mientras que en la otra (La Casa de la Sirena), hay un mesón. 
Torre de Mangana: El nombre de Mangana se utiliza desde finales del siglo XVI para designar el reloj de la ciudad. Está situada en el solar del antiguo alcázar andalusí, que fue el barrio mudéjar y después judería, y del que apenas quedan vestigios en la actualidad. 
Ayuntamiento: Se construyó en 1733 según planos de Jaime Bort. Sirve como cierre a la Plaza Mayor y se comunica con la calle de Alfonso VIII a través de unos portales porticados. 
Puente de San Pablo: Se sitúa sobre la hoz del Huécar. Entre 1533 y 1589 se construyó un puente de piedra, que acabó desplomándose con el paso de los siglos. En 1902 se construyó el actual, de hierro y madera, según las tendencias arquitectónicas de la época. Desde este puente se observan las vistas más tradicionales de las Casas Colgadas. 
Puente de San Antón: Se levanta sobre el río Júcar. Es de origen medieval, aunque se ha reformado sucesivamente hasta el siglo XIX. 
Castillo: En este lugar se levantaba la antigua alcazaba andalusí. En la actualidad está en ruinas, aunque se conserva un torreón, dos cubos cuadrados. En el lienzo de muralla que queda está el Arco de Bezudo, de medio punto, reformado en el siglo XVI. Junto a él aparece un escudo con toisón. 
Rascacielos: Se da tradicionalmente este nombre a las casas que se sitúan en los números impares de la calle Alfonso VIII y que, teniendo tres o cuatro alturas a esta calle, pueden llegar a tener más de diez en la parte posterior. Así, estas casas cuelgan sobre el barrio de San Martín, mirando hacia la hoz del Huécar. 
Archivo Histórico Provincial: Está situado en las cercanías del castillo, en un edificio del siglo XVI que fue la sede de la Santa Inquisición de Cuenca. En la actualidad alberga gran cantidad de documentos sobre toda la provincia. 
Antiguo Colegio de San José: Se construyó en el siglo XVII y en sus orígenes perteneció a la familia del pintor Juan Bautista Martínez del Mazo. Después pasó a ser sede del coro de la Catedral de Cuenca y en la actualidad alberga un hotel. 
Antiguo Colegio de los Jesuitas: En la actualidad sólo se conservan dos fachadas del que fue colegio de estos religiosos. 
Casa del Corregidor: Es un edificio macizo de tres plantas, diseñado por José Martín en el siglo XVIII. Se sitúa en la calle de Alfonso VIII, la principal arteria de la ciudad hasta el siglo XIX. 
Diputación Provincial: Es un edificio de estilo neoclásico rodeado por un jardín vallado. 
Hospital de Santiago: Se instituyó en el siglo XII como asilo de peregrinos del Camino de Santiago y restablecimiento de cristianos rescatados del cautiverio. El edificio actual data del siglo XVII y continúa funcionando como hospital. 
Plazas y jardines:
Plaza Mayor: Se halla en el centro del eje longitudinal que atraviesa la ciudad antigua y es el centro neurálgico de la misma. Tiene una ligera forma triangular y sus límites los marcan la catedral, el Ayuntamiento y el Convento de las Petras. No se convirtió en la plaza principal de la ciudad cristiana hasta el siglo XV, cuando sustituyó a la plaza del Carmen (entonces de la Picota) en sus funciones de reunión del Concejo. 
Plaza de Mangana: Ocupa el solar del antiguo alcázar y en ella se hallan la Torre de Mangana y el Monumento a la Constitución de Gustavo Torner. Ha sido objeto de importantes campañas arqueológicas hasta finales de 2010, comenzándose entonces las obras de musealización que pretenden integrar los hallazgos arqueológicos con la función de plaza pública que se perdió con el inicio de las excavaciones. Los principales restos que se integrarán en el edificio son los del antiguo alcázar, de una sinagoga y de la iglesia de Santa María de Gracia. 
Museos: 
Museo de Cuenca: Está situado en la llamada Casa del Curato y presenta los hallazgos arqueológicos y la historia de toda la provincia de Cuenca, desde el Paleolítico hasta la Edad Moderna. Destacan las tres salas dedicadas a las ciudades romanas de Segóbriga, Ercávica y Valeria, así como la estatua de Lucio César, ejecutada en mármol. Es también remarcable su colección numismática. 
Museo de Arte Abstracto Español: Ubicado en las Casas Colgadas, presenta obras de los artistas españoles más importantes de la segunda mitad del siglo XX como Eduardo Chillida, Antonio Saura, Pablo Serrano o Manolo Millares entre otros. Se abrió al público en 1966 gracias a la colaboración conjunta de Fernando Zóbel y Gustavo Torner. 
Fundación Antonio Pérez: Situada en el antiguo convento de las Carmelitas (siglo XVII) es un reconocido espacio de arte contemporáneo. Alberga obras de Millares, Gordillo, Torner, Antonio Saura, Zóbel, Canogar, Brossa y Warhol entre otros. Destaca la colección personal de objetos encontrados de Antonio Pérez. 
Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha: Se ubica en el Antiguo Asilo de Ancianos Desamparados, que se amplió considerablemente para la instalación del museo. Está dividido en 4 salas temáticas, más el distribuidor y el Planetario. Presenta, de manera didáctica y dinámica, un buen número de temas científicos, desde astronomía y energías renovables hasta geología o biodiversidad. 
Museo regional de Paleontología: El 23 de marzo de 2015 se inaugura en Cuenca el Museo de Paleontología Tierra de Dinosaurios. El Museo está situado en la parcela y en el edificio que antes albergaba Ars Natura. El proyecto que se divide en cuatro fases se completará en su totalidad en octubre de 2016.
El Museo de Paleontología Tierra de Dinosaurios, nace como un proyecto para estudiar, conservar y divulgar el rico patrimonio paleontológico de Castilla-La Mancha y ofrece al visitante un recurso cultural de primer nivel.
Tesoro Catedralicio: Es un pequeño museo situado en el interior de la Catedral. Contiene obras de Pedro de Mena, así como de García Salmerón y Martín Gómez El Viejo, entre otros. 
Museo Diocesano de Arte Religioso: Ubicado en el Palacio Episcopal, se inauguró en 1983. El edificio cuenta con varias inscripciones árabes del siglo XII, aunque se reformó considerablemente en el siglo XVI. Destacan unas obras de El Greco, un calvario flamenco del círculo de Gérard David y varias tablas de la escuela conquense de pintura. Entre las obras escultóricas, destaca el Calvario de Alfonso VIII, de finales del siglo XII. 
Fundación Antonio Saura-Casa Zavala: Se ubica en el antiguo palacio de los Cerdán de Landa y está vinculado al legado pictórico del pintor aragonés Antonio Saura. La fundación posee una biblioteca especializada en Arte de Vanguardia, de acceso público. 
Museo Internacional de Electrografía: Se trata de un museo de investigación, ligado a la Universidad de Castilla-La Mancha. Muestra una colección de más de 4000 obras de arte electrográfico y digital, realizadas mediante métodos relacionados con las nuevas tecnologías de producción, reproducción y gestión de imágenes. 
Espacio Torner: Está ubicado en el Convento de San Pablo, actual Parador Nacional y presenta las obras de este pintor conquense. 
Museo de la Semana Santa: Se sitúa en la calle de Alfonso VIII, en la que fue casa de la familia Girón y Cañizares. Expone las vivencias y emociones de la Semana Santa conquense en un montaje multimedia en el que se han utilizado las últimas tecnologías museográficas. 
Fiestas: 
Semana Santa en Cuenca: Está declarada de Interés Turístico Internacional. En ella destaca la procesión Camino del Calvario, popularmente conocida como Las turbas. 
Semana de Música Religiosa: Se trata de un festival de gran calidad, declarado de Interés Turístico Internacional. En él tocan algunos de los artistas más prestigiosos de la música religiosa, promoviéndose tanto la recuperación de este patrimonio cultural como la composición de nuevas obras. 
Fiestas de San Julián: Se celebran a finales de agosto acompañadas de una feria de artesanía, así como de numerosas actividades, desde desfiles hasta obras teatrales, pasando por conciertos al aire libre y corridas de toros. 
Fiestas de San Mateo: Se celebran del 18 al 21 de septiembre y están declaradas de interés turístico regional. Rememoran la conquista de Cuenca por Alfonso VIII de Castilla, y dice la tradición que llevan celebrándose desde la misma conquista, aunque el primer documento conocido que estipula e instituye la fiesta data del 19 de septiembre de 1581. La celebración se centra ya desde entonces en dos actos. El primero es el paseo del estandarte de Alfonso VIII, que deja su residencia habitual en la catedral para pasar una noche en el ayuntamiento. El otro consiste en correr vaquillas enmaromadas en el improvisado coso de la Plaza Mayor.
Una vez visitada la ciudad, podemos comenzar a visitar sus pueblos y rincones paisajísticos. Pueblos que no desmerecen en nada la riqueza arquitectónica, cultural y turística de la capital. Monumentos que  muchos de ellos están declarados cono Bien de Interés Cultural. Citaré sólo algunos: Belmonte, Alarcón, Castillo de Garcimuñoz, Huete, San Clemente, Uclés  y otros muchos que aparecen y se describen en este blog.
En cuanto a las rutas turísticas, Cuenca posee impresionantes paisajes y múltiples de rutas a realizar: Ciudad Encantada, Hoz de Beteta, Torcas de los Palancares, Nacimiento del río Cuervo, la Balsa de Valdemoro de la Sierra, El Cerro Socorro y el fortín de la Guerra Civil, El Embalse de la Chincha, la hoz de Tragavivos, Tierra Muerta y los Palancares, las Lagunas de Cañada del Hoyo, los Callejones de las Majadas con el mirador del Tío Cogote y los Miradores, Complejo Lagunar de Ballesteros, Complejo Lagunar de Majavacas, la Ruta de las Caras junto al pantano de Buendía, y seguiría citando, pero con toda seguridad siempre me dejaría algún rincón por descubrir.
En nuestras salidas no podemos dejar de visitar el Parque Arqueológico de Segóbriga, el Yacimiento de Valeria, Yacimiento de Ercávica, Yacimiento Paleontológico de la Hoyas en la cierva y el Yacimiento de Lo Hueco en Fuentes. Así mismo tiene gran interés cultural Pinturas Rupestres de Villar del Humo, que al mismo tiempo, en su recorrido, nos ofrecen un agradable paseo y poder disfrutar de un maravilloso paisaje.

1 comentario:

  1. Hola Domingo buenos días;

    Me pongo en contacto contigo primero para felicitarte por las fotografias del Cerro Socorro que mantienes en tu blog. Yo subo mucho en verano con la bici.
    Me gustaría poner una de tus fotos del Santo Cristo en mi perfil de facebook, espero tu respuesta para proceder según me comentes.

    Recibe un cordial saludo

    Mariano Fernández artefincu@gmail.com

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