sábado, 28 de febrero de 2015

YACIMIENTO DE ERCÁVICA

El yacimiento arqueológico de la ciudad romana de Ercávica se localiza en el término municipal de Cañaveruelas, cercano al embalse de Buendía, y es un ejemplo elocuente y significativo del proceso de romanización del interior de Hispania. La monumentalidad y entidad de los espacios y edificios públicos de Ercávica, la singularidad de sus vías porticadas, la regularidad de su entramado urbano, el conjunto de edificios residenciales, conforman la imagen de una ciudad próspera y romanizada.
El yacimiento de Ercávica posee un extraordinario valor patrimonial que se hace patente a través, no sólo de la entidad y monumentalidad de los vestigios arqueológicos excavados en esta ciudad romana, sino también en la multiplicidad, extensión y diversidad de las áreas arqueológicas actualmente visitables: Foro, Domus, Insula de las termas. Necrópolis sur, Puerta sur, etc.
El inicio de los trabajos arqueológicos en el yacimiento se remonta a 1972, si bien desde 1999 se adscribe la Dirección de los mismos a la Universidad de Castilla-La Mancha Las intervenciones arqueológicas se realizan anualmente en campañas de cuatro meses financiadas por la Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
En el contexto de la campaña del 179 a. C. de Tiberio Sempronio Graco por las tierras de Celtiberia, se nombra por primera vez la ciudad de Ercávica. Tito Livio, narra como la célebre y poderosa ciudad de Ercávica, impresionada por los desastres sufridos por otros pueblos del contorno, abrió sus puertas a los romanos. Tito Livio narra que esta rendición no fue sincera y que cuando Graco retiraba sus tropas de una comarca las hostilidades volvían a comenzar. La ciudad de la que habla Tito Livio es la ciudad Celtibérica, de la que la ciudad romana tomó el nombre. Lo que se conoce como antigua ciudad celtibérica situada a escasos kilómetros del margen contrario del río corresponde a un campamento militar hoy inundado por las aguas del pantano.
Es a partir del siglo II a. C. cuando la ciudad va adquiriendo el aspecto típicamente romano, con un trazado regular y delimitada en su perímetro por una muralla. Del mismo modo contaba con los edificios tanto públicos como privados propios de una ciudad romana. Será bajo el mandato de Augusto, entre los últimos años del siglo I a. C. y los primeros del I d. C., cuando habría culminado la edificación de la ciudad.
Es en el periodo inmediatamente posterior cuando Ercávica adquiere el estatus de municipio, dentro de la provincia Hispania Citerior Tarraconensis.
Coincidiendo este periodo con la etapa de mayor plenitud, durante los siglos I d. C. y II d. C. Sería a partir del siglo III d. C. cuando la ciudad va sufriendo un lento declive que provocará el definitivo abandono entre los siglos IV y V d. C. Posteriormente la ciudad se conocerá como Ercávica y se menciona en los Concilios de Toledo como sede episcopal.
Sabemos que aproximadamente a mediados del siglo II a.C. Erkauika emite dos emisiones en bronce donde el único valor es la unidad. Las monedas emitidas por la ceca de Ercávica, también nos muestran que en época de Augusto tuvo el estatuto de municipio. Conocemos tres emisiones realizadas a nombre de los emperadores Augusto, Tiberio y Calígula.
Para datar la primera emisión no existen evidencias cronológicas. La segunda emisión se produjo durante el período de Tiberio. Las acuñaciones a nombre Calígula no es seguro que deban agruparse en una emisión. De las acuñaciones destaca el sestercio que muestra en el anverso el retrato del emperador y en el reverso a las tres hermanas de Calígula, de frente.
El acceso al parque arqueológico se realiza a través del pueblo de Cañaveruelas por un camino de tierra de 5 km, que se encuentra bien señalizado. Teléfonos de contacto: 673386537 ó 3638726852

TORCAS DE LAGUNASECA

Las torcas son gigantescas depresiones del terreno creadas por la erosión del agua y el viento, originando un paisaje kárstico ideal para aficionados al senderismo y a la geología, con dolinas, lapiaces, o poljes. El Monumento Natural Torcas de Lagunaseca, está situado en el término municipal de la localidad de Lagunaseca, en la zona norte de la provincia de Cuenca. Está formado por materiales mesozoicos y cuenta con un conjunto de formas kársticas de elevado interés geomorfológico. Estas magníficas representaciones de modelado kárstico están incluidas en el catálogo de hábitat y elementos geomorfológicos de protección especial. Declaradas Monumento Natural.
A destacar la presencia en la zona de gato montés, águila calzada y chotacabras gris y las formaciones de sabinar albar, así como las comunidades rupícolas que albergan los roquedos calizos que forman las paredes de las torcas. Además en las zonas más umbrosas de éstas, se pueden encontrar especies protegidas como arce, avellano y cerezo de Santa Lucía. Se dispone de un recorrido interpretativo.
El paraje se puede visitar de forma gratuita. Se llega por la carretera CM-210 tomando el desvío a la izquierda por la CM-2201.
 

SEMINARIO DE UCLÉS

El monasterio de Santiago de Uclés fue construido por la Orden de Santiago, cuya casa central se encontraba allí. Desde 1931 es un Bien de Interés Cultural. El cerro sobre el que se asienta el monasterio, acogió ya en la antigüedad un castro celtíbero. Fueron sin embargo los musulmanes quienes construyeron una fortaleza con imponentes parapetos defensivos, algunos de los cuales se pueden observar aún hoy en día. Tras ser definitivamente conquistado por los cristianos, el rey Alfonso VIII cedió en 1174 el castillo a la Orden de Santiago, convirtiéndose en su casa matriz. Con el paso del tiempo, se fue constituyendo un intrincado conjunto de dependencias, en las que residían los miembros de la orden, que se unieron a la fortaleza y a la iglesia construida tras la conquista cristiana.
Tras el fin de la Reconquista, el conjunto de edificios sufrió una remodelación radical, que acabó con gran parte de los elementos defensivos del castillo y le dio el aspecto actual. No así con las murallas, que aún se conservan: una primera muralla protegía la antigua huerta, regada con las aguas del río Bedija; una segunda, actualmente en muy mal estado, deja aún entrever su disposición en forma de dientes de sierra.
La construcción del monasterio se inició en 1529, durante el reinado de Carlos I (la corona había adquirido en el siglo XV el maestrazgo de la orden), comenzando por el ala este, que es de estilo plateresco. Las trazas originales son de Enrique Egas. En el último cuarto del siglo XVI comenzó la construcción de la iglesia, de estilo herreriano. Avanzado el siglo XVII continuaron las obras del patio y de la escalera principal, al tiempo que se concluían las alas oeste y sur. La obra finalizó en 1735, bajo el reinado de Felipe V, elevándose un cuerpo la nave oriental y terminándose la portada principal, que es de estilo churrigueresco.
Para su construcción se utilizó piedra del cerro «Cabeza del Griego» (Segóbriga), sobre todo en la fachada oriental.
En 1836, con la desamortización de Mendizábal, la Orden de Santiago tuvo que abandonar el edificio. A principios del siglo XX se destinó el monasterio a colegio de enseñanza, y más tarde a noviciado y colegio de agustinos, hasta que en 1936 fue saqueado y destrozado interiormente, instalándose luego en él un hospital provisional. Terminada la Guerra Civil, se dedicó a cárcel para presos políticos entre los años 1939 y 1943, en cuyo periodo murieron más de mil presos, fusilados o a causa de diversas enfermedades y fueron enterrados en una zona externa al monasterio, conocida como «La Tahona». Cerrada la prisión, fue restaurado y recibió en octubre de 1949 se convirtió el seminario menor del obispado de Cuenca, con el nombre de Seminario Menor «Santiago Apóstol».
Bien de Interés Cultural. El monasterio fue declarado Monumento Nacional el 3 de junio de 1931. En 2003 se amplió la protección a su entorno.
Fruto del largo período durante el cual se ejecutaron las obras, pueden apreciarse en el monasterio tres estilos arquitectónicos: plateresco, herreriano y churrigueresco, lo que le convierte en un lugar ideal para realizar un repaso de historia del arte. El ala este del monasterio, de la primera mitad del siglo XVI, se ejecutó en estilo plateresco. La iglesia, que ocupa el ala norte, y fue finalizada en 1602, es de estilo herreriano. El resto del monasterio, erigido durante el siglo XVII es de estilo barroco y culmina con su fachada churrigueresca, obra de Pedro de Ribera.
Fachada oriental. Se denomina así porque su decoración imita las filigranas que los orfebres realizaban sobre la plata. El edificio fue diseñado por Enrique Egas y su ejecución corresponde a los siguientes maestros: Francisco de Luna, Pedro de Vandelvira, Gaspar de Vega, Pedro Tolosa, Diego de Alcántara y Bartolomé Ruiz (siglo XVI).
La decoración plateresca se observa claramente en las ventanas de la fachada oriental donde se aprecia cierta asimetría. Se repiten los motivos: calaveras, conchas, cruces y motivos alegóricos. El artesonado de su refectorio, tallado en madera de pino melis, está compuesto por treinta y seis casetones que corresponden a treinta y seis bustos de maestres, priores y caballeros de la Orden de Santiago. Destacan entre ellos el dedicado a don Álvaro de Luna y el de Carlos I que ocupa el lugar central con sus atributos imperiales: una espada y un orbe. En el lado sur figura un escudo de España. La antigua sacristía tiene dos naves formando ángulo recto. Su bóveda es de crucería con elementos ojivales. Las labores platerescas cubren frisos, columnas y pilastras.
La iglesia es obra de Francisco de Mora (discípulo de Juan de Herrera, arquitecto de El Escorial), que estuvo al frente de las obras durante veintidós años. Por eso, a veces, se le denomina al monasterio como el «Escorial de la Mancha». Es de cruz latina y tiene una sola nave, con cinco tramos y un coro elevado. Tiene sesenta y cinco metros de larga y doce de ancha. El crucero es más alto y se cierra en forma de linterna. La cúpula es de media naranja y está adornada con gajos sobre pechinas, es de Antonio Segura. El crucero está separado por una verja decorada con las armas reales y la cruz de Santiago. En su única nave se forman capillas laterales intercomunicadas que forman como dos naves laterales. Su construcción se terminó en 1598.
El retablo mayor original era de estilo greco-romano con tendencias barrocas y de él se conservan restos en su parte superior. Fue encargado a Francisco García Dardero. El resto fue destruido durante la Guerra Civil y luego reconstruido en escayola. El cuadro de Santiago que preside el retablo es de Francisco Ricci, pintor de cámara de Felipe IV, y ha sido restaurado recientemente.
Entre la sacristía y la iglesia se halla la entrada a la cripta, que tiene forma de cruz latina. La antigua iglesia fue sepultura de ilustres personajes de la Orden de Santiago. Allí se enterró a Doña Urraca, al Maestre Rodrigo Manrique y a su esposa, así como a su famoso hijo Jorge Manrique y muchísimos personajes más de la Orden. Hoy no se sabe exactamente dónde reposan estos restos. Al construirse la actual iglesia (1602) los sepulcros existentes en la iglesia de Santiago fueron reubicados en un subterráneo de la misma, al cual se bajaba por una escalera de ochenta escalones que había en una capilla debajo del coro.
En el siglo XVII se construyó el patio del monasterio, con dos pisos de galerías, el superior cerrado a modo de balcones, así como la escalera que da acceso a este segundo piso.
El claustro tiene treinta y seis balcones, en honor a los treinta y seis canónigos reglares que vinieron de Loyo. La parte superior del claustro está cerrada y la inferior abierta.
La fachada oeste fue planificada por Francisco de Mora, pero no fue ejecutada por él. También es de estilo herreriano y en ella se encuentra la entrada frontal de la iglesia. Al lado queda un trozo de muro de la antigua construcción árabe. Esta fachada está flanqueada por dos torres con altos chapiteles que desaparecieron en el siglo XIX en los incendios de 1845 y 1877 y que con los planos respectivos, deberán reponerse en algún momento, manteniendo el plan original de la obra.
La fachada principal o del mediodía fue construida en 1735 por Pedro de Ribera, importante maestro barroco del foco cortesano. Destaca en esta fachada tanto su composición, a modo de fachada retablo, como su ornamentación esculpida.
En la portada aparecen dispuestas cuatro pilastras, sin sujeción arquitectónica, que actúan como elementos decorativos.
En la parte superior se hallan delfines, leones, cabezas, guerreros, trofeos, frutas y dos cruces de Santiago. Como remate, dos bustos de moros sujetos con cadenas, medio cuerpo de Santiago con la cruz maestral en la mano izquierda y una espada en la derecha en la que se lee Fidei defensio («Defensa de la fe»).
En la parte inferior figura la inscripción Caput Ordinis («Cabeza de la orden»), cruces sueltas, corona real, caballeros con trofeos y moros encadenados, exponente del dominio que se tenía sobre ellos y de la esclavitud a la que los redujeron.
De la antigua fortaleza de la Orden de Santiago quedan tres torres cuyos nombres vienen equivocados en la mayoría de los libros de castillos, pero que están claramente definidos en los libros de visitas de la Orden que se guardan en el Archivo Histórico Nacional. Las tres torres, en dirección norte-sur, son: la torre del Pontido, unida por un puentecillo a la torre del Palomar, a continuación un foso excavado en roca, que se vencía por medio de un puente levadizo y que conectaba con una muralla que conducía a la torre Albarrana. De las antiguas torres del Homenaje Viejo, del Homenaje, de la Plata y Blanca se desconoce su localización exacta, aunque se sabe que fueron derribadas para proseguir las obras de la actual iglesia.

 

 
 
 
 
















viernes, 27 de febrero de 2015

CASTILLO DE SAN CLEMENTE Y TORRE VIEJA

En pocos lugares como en San Clemente se comprenderá tan bien cómo eran muchas fortalezas de la alta edad media: meras torres sin murallas a su alrededor. La Torre Vieja es un bello ejemplo de la arquitectura militar gótica, a cuyo interior se puede acceder. El Castillo de Santiago muestra cómo en el s. XV las fortalezas crecían alrededor de antiguas torres medievales.
Torre Vieja de San Clemente.- Evidencia su carácter residencial en las ventanas dobles ojivales. Su arquitectura la revela como torre de vigilancia y alojamiento, más que como bastión militar. Tiene tres plantas, y un cuerpo superior con terraza.
Castillo de Santiago.- La torre del interior del recinto, de planta rectangular, tiene sillares labrados en sus esquinas, ventanas geminadas y una primitiva entrada en altura, con un arco apuntado. Este fue el origen medieval de la fortaleza, a la que en los siglos XIV-XV se dotó de muralla, con cinco cubos de sección cilíndrica con troneras para el uso de artillería.
La torre se supone construcción de los s. XII-XIII, aunque sólo está documentada la posesión del castillo por la Orden de Santiago en el siglo XIV, y posteriormente por los Reyes Católicos. Durante el siglo. XX fue casa de labor, y sufrió modificaciones.
Acceso al castillo
Torre Vieja de San Clemente. Ubicado en la c/Marqués, 7 de San Clemente, su interior alberga la Oficina de Turismo y el Museo de la Labranza, tel. 969 30 01 30. Horario, de miércoles a domingo, de 10 a 14 y de 17 a 20,30h.
Allí nos proporcionarán indicaciones para llegar al Castillo de Santiago de la Torre, ubicado en las inmediaciones de la localidad.
 

CASTILLO DE VILLORA

Fue construido en el siglo XII. Castillo o torre albarrana del siglo XII, de tipo árabe y cuatro plantas de altura del que se conservan además de la torre, restos del recinto y una puerta abovedada, aunque muy deteriorados.
Su torre albarrana, de origen árabe, permite conocer la tipología de torres-castillo del siglo XII. Fortalezas menores, de vigilancia, que abundaron por toda la península.
Lo más visible es su torre, de cuatro plantas y con añadidos góticos en su cornisa. Fue construido en cal y canto, como puede apreciarse a simple vista, con piedras de sillerías tan sólo en las esquinas de la torre.
El castillo de Víllora se encuentra en lo alto de una cima que domina la localidad del mismo nombre, provincia de Cuenca, una villa serrana situada en la vertiente septentrional de la sierra de las Cuerdas.
Se sabe que perteneció en el siglo XVI a Diego de Zúñiga.
Acceso al castillo
Acceso libre desde el propio pueblo.
 

CASTILLO DE UCLÉS

El castillo fue construido a finales del siglo IX por al-Fath ben Musa ben Zennun y fue una importante e inexpugnable fortaleza musulmana. Formó parte de la Marca Media, territorio de frontera establecido para defender el califato de Córdoba del avance cristiano. Nunca fue conquistado, y pasó continuamente de musulmanes a cristianos por acuerdos y permutas. En el año 1085, como Consecuencia de la conquista de Toledo por Alfonso VI, pasó por primera vez a manos cristianas y cambió de manos varias veces hasta que en el año 1157 Alfonso VII lo cambió por Alicun con el rey Lobo de Murcia, posteriormente Alfonso VIII lo donó a la Orden de San Juan y finalmente a la de Santiago. En el año 1528 fue destruido, parcialmente, para construir el actual monasterio. De la estructura primitiva de esta fortaleza quedan tres torres con un muro que las une y la muralla en zigzag o cremallera. Como elementos defensivos de la fortaleza destacan las torres del Pontido, la del Palomar y la Albarrana. Las dos primeras son de planta rectangular, pero de diferentes dimensiones. La primera se une con la del Palomar por medio de un puente por lo que denomina torre del Pontido. Ambas han sufrido varias restauraciones, la última en el año 2001. Esta fortaleza ocupaba una extensión de un kilómetro cuadrado de superficie. Del castillo primitivo podremos ver la Torre del Palomar, la del Póntido y la Albarrana, las únicas que se conservan. La torre Albarrana es en realidad el Castillo Nuevo construido en el s. XV. Además, la albacara cristiana es excepcional: un espacio en forma de dientes de sierra, punto de reunión de los caballeros.
El castillo convento tiene bajo sus cimientos un castro celtíbero sobre el que los visigodos levantaron un castrum que los moros rehicieron y que, tras la conquista cristiana, los caballeros santiaguinas aprovecharon para levantar parte de sus edificios. Aunque en el transcurso del tiempo le han hecho tantas adiciones y reformas que a veces resulta difícil identificar cada periodo.
El recinto extendía sus murallas y defensas alrededor de un kilómetro cuadrado de superficie. La pérdida del carácter militar de la Orden de Santiago tras el empuje cristiano aceleró la transformación de Uclés en un monasterio. Su construcción duró más de dos siglos.
Acceso al castillo
Horario de 10 a 20 desde mayo hasta septiembre, hasta las 18 el resto del año. Entrada 4€.