viernes, 3 de julio de 2015

ARRANCACEPAS


Es uno de los pueblos cuyo topónimo parece más singular y, a la vez, más claro en significado. No hay duda de su origen, en cuanto a la abundancia de viñas y por tanto, de cepas, como elemento de cultivo propio de aquellos aldeanos que en tiempos de repoblación decidieron habitar el lugar.
Aunque este lugar no aparece en las crónicas históricas por sus hallazgos y por su restos arqueológicos, cierto es que fue un importante núcleo poblacional ya desde tiempos del siglo XIII con abundantes casas y un número de vecinos de cierta consideración, manteniendo pósito, cárcel, escuela de primeras letras y algún que otro estudiante de gramática.

Uno de los grandes problemas a la hora de intentar elaborar la historia de este pueblo es la carencia de fuentes históricas y bibliográficas. Arrancacepas debió surgir, posiblemente, al amparo de la labor reconquistadora y repobladora del Concejo de Cuenca, tras su conquista por las tropas cristianas de Alfonso VIII en 1177, pasando desde este mismo instante a formar parte del amplio término y alfoz (distritos con diferentes pueblos que forman una misma jurisdicción) con que fue dotado el concejo conquense que se encargará, mediante compras y nuevas fundaciones de ampliar el territorio inicialmente cedido por el rey. Es, por tanto, en el siglo XII cuando Arrancacepas se integra como aldea de las tierras de Cuenca. El topónimo, Arrancacepas, hace clara alusión a su cultivo más extendido, como queda patente en las numerosas cuevas de vino que tenía la población a finales del siglo XIX (83 según documentos conservados).
Durante el siglo XIV parecen alternarse o convivir sobre la aldea, las jurisdicciones del Concejo de Cuenca y de Alvar García de Albornoz, muerto en 1374 y que figura como señor de Villaseca, Arrancacepas, Sacedón, Villar de Olalla y otras. Además de Arrancacepas, el sexmo comprendía las aldeas de Villar de Domingo García, Albalate de las Nogueras, Villaconejos de Trabaque, Olmedilla de Éliz, Bólliga y Fuentes Buenas.
En el siglo XVI, una característica del reinado de Carlos I es la facilidad con la que numerosas aldeas adquieren el título y rango de villa mediante privilegio real, a cambio de ciertas cantidades de dinero que las aldeas entregan a la Corona en concepto de compra de título. Al igual que muchas aldeas, aunque no queda constancia documental, Arrancacepas obtiene el título de villa en el siglo XVI. A finales del siglo XVI(1591), durante el reinado de Felipe II, Arrancacepas aparece como Villa de la Tierra de Cuenca, y en el censo que mandó elaborar el monarca se señala que cuenta con 109 vecinos (unos 450 habitantes) de los cuales 106 son pecheros (personas obligadas a pagar rentas o tributos al Rey), 2 son hidalgos y uno es clérigo.
Durante toda la edad moderna hasta el siglo XIX se confirma el descenso de la población, descenso que continúa a lo largo del siglo XX, de forma que en 2007 sus habitantes son únicamente 37. Arrancacepas contó con cinco ermitas de las que en la actualidad solo se conocen tres: la de la Ascensión al Este, La de la Caridad al Norte y San Roque al Oeste.
Podemos visistar:
Iglesia Parroquial la advocación de San Gil.- Iglesia del s. XVII de mampostería con sillares en las esquinas y espadaña de dos huecos rematada en pirámides, sobre los pies de la iglesia. La portada es de arco de medio punto apilastrada, con imposta de poco vuelo y clave decorada. En el interior hay tres tramos cubiertos de bóveda de cañón con lunetos y la cabecera con cúpula de media naranja. En el atrio se encuentra una estela con cruz griega. Aunque su interior fue saqueado durante la Guerra Civil, se conservan varios cuadros, imágenes y objetos litúrgicos de interés. Sus cuadros al óleo, adquiridos en el momento de mayor apogeo de la misma: Lienzo de San León Pontífice Magno y el lienzo de San Antonio Abad. Su pila bautismal es de cierta importancia por el decorado de gallones de relieve pronunciado, aunque su forma esférica, chata y de gollete estrecho también la singulariza.

En el museo Diocesano de Cuenca se custodia una cruz procesional de bronce, con grabados y restos de dorado del siglo XIII. 
Ermita de la Ascensión. Ruinas. 
Ermita de San Roque.- del siglo XVIII, recientemente restructurada. 
 
 
 
 
 Ermita de la Caridad. Ruinas.
Dentro del pueblo se conservan varias estelas funerarias.

miércoles, 1 de julio de 2015

LAS LAGUNAS DE CAÑADA DEL HOYO


Las Lagunas de Cañada del Hoyo, en la provincia de Cuenca, son un complejo lagunar de España de tipo cárstico, constituido por siete lagunas (cinco lagunas y dos lagunillos) que se dividen en dos grupos: las lagunas del grupo superior (laguna Gitana o de la Cruz, laguna Tejo y lagunillos Tejo) y las del grupo inferior, que forman el conjunto propiedad de la finca Siete Leguas (laguna Parra, laguna Cardenillas, lagunillo Tortugas y laguna Llana).
Estas lagunas se encuentran situadas en la cuenca del río Guadazaón, en la serranía de los Palancares, en los Montes de Cuenca, a 40 km de la ciudad de Cuenca y a 3 km de Cañada del Hoyo.
Fueron declaradas Monumento Natural por la Junta de Castilla-La Mancha en el año 2007.
Las lagunas del grupo superior, laguna Gitana o de la Cruz, la Laguna y el lagunillo del Tejo son accesibles gratuitamente. Se accede a ellas desde la CUV-9142, a 4,20 km. desde el pueblo de Cañada del Hoyo. Desde el mismo, llegaremos a un cruce, tomando la carretera de nuestra derecha, y una vez recorridos 1,2 km. llegaremos al paraje en que se encuadran las tres lagunas visitables, y donde comienza una pista de tierra.
Para acceder a las lagunas del grupo inferior, propiedad de la finca Siete Leguas, hay que pagar.
Cada una de las lagunas es de un color aparente diferente, debido a la presencia de microorganismos que hacen que cambie el color del agua a la vista del ojo humano, aunque si tomamos el agua con un vaso, en todas ellas es completamente transparente. Otro de los factores que hace que el agua cambie de color es la incidencia de la luz, el momento del día, la estación del año o el calor. El agua se mantiene limpia gracias a que no existen vertidos ni actividades contaminantes en su captación y a que se alimentan de aguas subterráneas y de la lluvia. Así, la laguna de la Gitana o de la Cruz dicen que era azul, pero desde los años 80 es verde; la del Tejo es azul oscuro y el lagunillo del Tejo es negro. Las del grupo inferior, la Parra es azul, Cardenillas es azul celeste, el lagunillo Tortugas negro y la Llana de color verde, debido a la presencia de vegetación sumergida. La formación geológica es similar a la de las Torcas de los Palancares, pero gracias al aporte del acuífero subterráneo, conjunto con el del río Guadazaón, tienen agua; aunque sus niveles descienden de año en año por causa de las extracciones de agua del acuífero. Incluso en un paseo por los alrededores de las lagunas podremos descubrir la existencia de otras torcas sin agua. 

Grupo superior:
Laguna de la Gitana
La laguna de la Gitana también recibe el nombre de laguna de la Cruz. Se trata de uno de los pocos lagos meromícticos existentes en España: esta rara característica química es propia de lagunas ubicadas sobre terrenos en los cuales las aguas del fondo de la laguna no se mezclan nunca con las de la parte superior.
En esta laguna, también se da en algunos veranos el llamado "fenómeno blanco" por los lugareños. Se trata del cambio de color que se produce en el agua de la laguna durante una semana al año, generalmente la segunda quincena de julio, pasando del color azul verdoso a azul blanquecino lechoso y perdiendo la transparencia del agua, más parecida en el punto álgido del fenómeno blanco a la horchata. Este fenómeno no es más que la precipitación química del carbonato magnésico y del carbonato cálcico en forma de cristales de dolomita y calcita por causa de la producción fotosintética del fitoplancton que crece en la laguna durante el verano.
Por ser la laguna más próxima a la carretera es también la más expuesta a las agresiones de los visitantes, que por falta de conciencia ecológica o de información la utilizan como piscina, degradando irremediablemente el ecosistema aparentemente, aunque las capas profundas de la zona estratificada son difícilmente alterables por los visitantes. Mucho más peligroso es el alarmante descenso del nivel del agua experimentado por esta y otras lagunas en los últimos veinte años.
 
Existe una leyenda sobre esta laguna. La leyendas cuenta la historia de amor de Jeromo y Currita, un par de enamorados que tenían la mala suerte de pertenecer a dos familias gitanas rivales.
Su noviazgo lo llevaban en secreto, hasta que los padres del chico los descubrieron y decidieron abandonar el pueblo para siempre.
Ella, locamente enamorada, los siguió hasta las afueras del pueblo suplicando a voces que no se lo llevaran, pero todo fue en vano. Se quedó llorando desconsolada a las orillas de la Laguna que hoy lleva su nombre.
El gitano volvió al lugar donde la vio por ultima vez, la laguna, y allí comenzó a buscar, pero ni rastro, sólo encontró la cruz (por lo que también se conoce como la Laguna de la cruz) que llevaba la gitana al cuello, en una de las orillas, y se dio cuenta que el agua de la laguna estaba totalmente blanca, así que imagino lo peor y pensó que ella se habría lanzado.
Según la leyenda, Currita no pudo aguantar el dolor y se arrojó a sus aguas.
A la mañana siguiente, la laguna tenía un verdor más blanquecino de lo habitual, fenómeno que se repite todos los años a principios de agosto en honor a Currita.
Laguna del Tejo 


 La laguna del Tejo es la más grande de todo el conjunto y también la más profunda. Su cubeta alberga una fuente y numerosas especies vegetales, sobre todo en la vertiente de umbría, entre las que destacan los tejos que le dan nombre. Un estrecho muro de piedra la separa del lagunillo del tejo, cuya circunferencia queda casi tangente. Las aguas de esta laguna son las más transparentes del conjunto lagunar, llegando la penetración luminosa hasta el fondo de la laguna, con una visión hasta el fondo.
Lagunillo del Tejo 
 Los lagunillos de "aguas negras", Tejo y Tortugas, constituyen un ecosistema diferente a las demás lagunas. La poca profundidad, entre 5 y 8 m, permite a la luz del sol llegar hasta el fondo, activando la proliferación de poblaciones vegetales y animales hasta el punto de sobrepasar la capacidad de regeneración de la materia orgánica dentro del sistema. La tonalidad de sus aguas se debe al efecto de dispersión de la luz de las partículas orgánicas en suspensión, así como la concentración de plancton y clorofila. El agua no es de color negro, sino totalmente transparente y la apreciación de no reflejo del color del cielo las hace ver como de color negro.
Grupo inferior (7 Leguas)
Laguna Parra 
La laguna de la Parra destaca dentro del conjunto por la singularidad geológica de su pared, la variedad de plantas que acoge en su cubeta y la increíble mineralización y transparencia de sus aguas. Pueden distinguirse en su aforo rocoso hasta tres fallas, que evidencian las distintas direcciones de los estratos. Un paseo botánico recorre su vertiente menos empinada, para dejar al visitante contemplar la gran variedad y cantidad de árboles, arbustos y herbáceas que crecen al abrigo de la pared de roca, favoreciéndose del microclima que la laguna genera en este protegido entorno.    
Laguna Cardenillas 
 Esta laguna llama la atención al visitante por la tonalidad azul cardenillo de sus aguas, especialmente evidente en la época estival, cuando el agua de todas las lagunas se aclara considerablemente.
Lagunillo de las Tortugas
 El lagunillo de las Tortugas alberga, como su nombre indica, una importante cantidad de reptiles y anfibios que prefieren estas aguas cargadas de alimento frente a las limpias y cristalinas de las lagunas adyacentes.
Laguna Llana 
 El nombre de esta laguna la describe fielmente: tanto su entorno como su fondo son mucho menos abruptos que en las demás lagunas. Los materiales blandos existentes en esta zona, dentro ya del valle del río Guadazaón son los que van colmatando la cubeta. Sus aguas tienen un tono verdoso que evidencia la riqueza de algas, que es la base de la riquísima cadena biológica que aquí se desarrolla, y que atrae a una mayor cantidad de aves y mamíferos.

ALARCÓN


 
En una pronunciada hoz del Júcar, se alza sobre la llanura y la brecha del valle, el peñasco que sustenta Alarcón, mirador y defensa natural donde los haya. Son los árabes los que levantan la primera fortaleza. Desde la carretera se divisa el castillo y su muralla que se mantiene casi íntegra y nos permite entrar a través de las puertas que se conservan: la Puerta del Campo, la Puerta del Calabozo o la Puerta del bodegón.
En un cerrado meandro del Júcar se yergue el promontorio sobre el que se asienta la localidad de Alarcón. Con antecedentes íberos y romanos, este poblado entra en la historia tras ser ocupado por los árabes, a quienes debe su nombre y la construcción del primitivo castillo del que deriva el actual. La Villa de Alarcón fue mora hasta 1184 que después de una de las batallas más importantes, paso al Rey Alfonso VIII. En el siglo XIV es Don Juan Manuel quien se queda con la Villa, en el siglo XV pasará a propiedad de Juan Pacheco Marqués de Villena. Segundo Marqués de Villena pierde casi todas las posesiones del Marquesado excepto cuatro villas entre las cuales se encuentra Alarcón. En el siglo XVI no se nota mucho el declive de la villa será en el siglo XVII cuando más se note.
La historia de Alarcón está ligada a la de su castillo y viene determinada por su condición de plaza fortificada. No obstante, no es el castillo el único valioso elemento de su patrimonio monumental; cuenta también con una variada arquitectura, tanto religiosa (iglesias de Santo Domingo de Silos, de San Juan Bautista, la Santa Trinidad, Santa María del Campo, y la ermita de Santa María de la Orden), como civil (el ayuntamiento, la Casa de Villena y el palacio de los Castañeda).
La villa de Alarcón está declarada Conjunto Histórico-Artístico desde1981.
 
 
Podemos visitar:
Iglesia de Santo Domingo de Silos.- La iglesia original fue construida en el siglo XII, siguiendo las directrices del románico, pero con influencias del gótico. De la edificación original hoy día sólo queda la portada, de arco ligeramente apuntado.
Una vez dentro del edificio, nuestra atención se dirigirá a la capilla norte, perteneciente al siglo XV y de influencias claramente góticas, con su crucería en forma de triángulo.
La torre, situada a los pies de la iglesia, data de finales del siglo XVI.
En la actualidad, se ha restaurado para cumplir las funciones de auditorio y sala de reuniones. 
Iglesia de San Juan Bautista.- Centro de arte pintura mural de Jesús Mateo. Antigua iglesia de San Juan Bautista.
La construcción actual data del siglo XVI y sustituyó a otra de estilo románica. Posee una sola nave cubierta con bóveda de cañón, una portada de Juan de Herrera y una torre que ha perdurado de la primitiva iglesia. En 1994 el joven pintor español Jesús Mateo inició el proyecto de cubrir la totalidad del antiguo edificio con un conjunto de pinturas murales. Esta obra contemporánea cuenta con el patrocinio oficial de la UNESCO desde 1997 por su alto interés artístico mundial. 
Iglesia de la Santa Trinidad.- Junto con Santo Domingo de Silos es la más antigua de las cuatro iglesias que quedan actualmente en pie en Alarcón. Su nave central es del siglo XIII, dicha nave aún conserva alguna reminiscencia del Románico, pudiendo verse la transición hacia el Gótico en sus columnas treboladas y la bóveda de arista. Dos siglos más tarde (finales del siglo XV) se iniciaron las obras de la portada Plateresca. La portada está cobijada por un pórtico Gótico, que por desgracia no ha conseguido protegerla de las inclemencias del tiempo. En esa misma época empiezan las obras de la nave norte que se terminarán a comienzos del siglo XVI, en tiempos del Marqués de Villena Diego López Pacheco y del Obispo Diego Ramírez de Villaescusa, que colocan sus escudos tanto en la portada como en las claves de esta nueva nave.
A mediados del siglo XVI se añadirán dos capillas anexas a la portada principal, iniciándose más tarde la nueva torre. 
Iglesia de Santa María.- Este templo cumple en la actualidad funciones de parroquia. Se erigió a principios del siglo XVI en estilo plateresco con bóveda de tracería al modo gótico. La portada es de mediados de ese mismo siglo y se debe a Esteban Jamete de Orleans, el mismo que debió realizar el retablo con escenas de la vida de la Virgen y la sacristía. 

Hotel Palacio Villa de Alarcón.- Premiado como el Mejor Hotel de la Provincia de Cuenca, el Hotel Palacio Villa de Alarcón ha sido galardonado con el Premio Nacional de la Excelencia Profesional. Situado frente al Parador de Alarcón, el Hotel Palacio “Villa de Alarcón” es uno de los hoteles más emblemáticos de Cuenca y Castilla-La Mancha. 
Puente de Tébar o del Henchidero.
Denominado indistintamente como puente de Tébar, Henchidero o Cañavate, y situado a los pies de la población por su lado norte, a través de él se podía acceder al camino por el que se podía llegar a diversas poblaciones.
Aunque fue modificado posteriormente, muestra una estructura de época románica (tras la toma de la villa por Alfonso VIII en 1184 debió sustituir a otro anterior islámico).
Está construido en mampostería y sillería de piedra caliza, con un solo arco de medio punto que salva el cauce del río Júcar, que se asienta sobre roca caliza natural.
 

PUENTE DEL PICAZO  O CHINCHILLA
Se sitúa a los pies de la población por su lado sur, sobre un angosto terreno por donde discurre el Júcar. A través de este puente Alarcón podía comunicarse principalmente con las poblaciones levantinas y del sur.
Su estructura es algo posterior a la del Henchidero, pudiendo englobarse ya dentro de un estilo gótico.