En la parte más elevada del cerro donde se asienta la población de Algarra, se levantan las enhiestas ruinas de un antiguo e importante Castillo. Se extienden los restos de la muralla de forma alargada en la parte superior del cerro, aprovechando la constitución de los roquedos donde se asienta.
El Castillo de Algarra se encuentra en el municipio de Algarra, perteneciente a la provincia de Cuenca. Aunque lo único que queda de él son restos de muro de canto y cal, todavía se pueden ver un par de muros, uno rectilíneo y otro semicircular.
Está ubicado en lo alto de un cerro, donde está localizado el pueblo, y se dice que probablemente el origen del castillo sea árabe. Se tiene muy pocas ideas de lo que fue el Castillo de Algarra, no se tiene certeza de cuando fue derruido pues la zona dependía alternadamente de los reinos Aragonés y Castellano.
En aquel entonces Algarra, pertenecía al Marquesado de Moya una región llena de riquezas que fue motivo de enfrentamientos entre varios reyes, lo que seguramente desencadenó en la destrucción del pueblo y del castillo.
Tanto los orígenes del pueblo como de su castillo (probablemente ambos sean el mismo) son inciertos. Algunos autores citan que "el nombre de Algarra se deriva de la voz fenicia 'alygar', que significa 'la peligrosa'..." (Muñoz y Soliva). De cualquier forma, lo que parece seguro es la fundación de una pequeña colonia agrícola "en una muy rica vega a la falda de un encrespado montículo" (Miguel Romero). La época más floreciente de Algarra fue sin duda la Edad Media, como demuestran sus restos amurallados. Aquí convivieron durante largo tiempo cristianos y árabes, no así judíos, pero algún converso morisco dio pie a la actuación de la siempre temida Santa Inquisición, cuando en 1601 el vecino de la villa Miguel Saiz fue prendido y acusado de mahometismo, aunque absuelto por falta de pruebas. Una vez ya dentro del siglo XX, Algarra fue un lugar clave en la postguerra, ya que su situación propició la actuación del 'maquis' en el pueblo.
El Castillo de Algarra se encuentra en el municipio de Algarra, perteneciente a la provincia de Cuenca. Aunque lo único que queda de él son restos de muro de canto y cal, todavía se pueden ver un par de muros, uno rectilíneo y otro semicircular.
Está ubicado en lo alto de un cerro, donde está localizado el pueblo, y se dice que probablemente el origen del castillo sea árabe. Se tiene muy pocas ideas de lo que fue el Castillo de Algarra, no se tiene certeza de cuando fue derruido pues la zona dependía alternadamente de los reinos Aragonés y Castellano.
En aquel entonces Algarra, pertenecía al Marquesado de Moya una región llena de riquezas que fue motivo de enfrentamientos entre varios reyes, lo que seguramente desencadenó en la destrucción del pueblo y del castillo.
Tanto los orígenes del pueblo como de su castillo (probablemente ambos sean el mismo) son inciertos. Algunos autores citan que "el nombre de Algarra se deriva de la voz fenicia 'alygar', que significa 'la peligrosa'..." (Muñoz y Soliva). De cualquier forma, lo que parece seguro es la fundación de una pequeña colonia agrícola "en una muy rica vega a la falda de un encrespado montículo" (Miguel Romero). La época más floreciente de Algarra fue sin duda la Edad Media, como demuestran sus restos amurallados. Aquí convivieron durante largo tiempo cristianos y árabes, no así judíos, pero algún converso morisco dio pie a la actuación de la siempre temida Santa Inquisición, cuando en 1601 el vecino de la villa Miguel Saiz fue prendido y acusado de mahometismo, aunque absuelto por falta de pruebas. Una vez ya dentro del siglo XX, Algarra fue un lugar clave en la postguerra, ya que su situación propició la actuación del 'maquis' en el pueblo.
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