La villa de Huelves, está situada junto al río Riánsares en las proximidades de Tarancón. Podemos conocer noticias fidedignas del señorío de Huelves, que se remonta al año 1559 en la titularidad de la familia Parada, por su actual heredero don Manuel de Parada y Luca de Tena, así también titular del marquesado de La Peraleja en tierras de Huete. La villa de Huelves, está presida por las ruinas del Castillo, que fuera el llamado castillo de Acuña. Nunca perteneció Huelves a la orden de Santiago, ni el lugar ni su castillo, siempre y desde que comenzara Alfonso VII la repoblación de la comarca, mediado del siglo XII, a la tierra, jurisdicción y luego corregimiento de Huete. Desde entonces y también durante el tiempo que permaneció bajo señorío particular. En las crónicas árabes aparece como WALBAH, y en tiempos de cristianos siempre se pronunció y escribió Huelves o Guelves, según he puede leer en documentos de los siglos XIII y XIV.
Podemos visitar:
Iglesia parroquial San Miguel Arcángel.- Edificio de una sola nave de forma de salón. Bóveda de terceletes en el cuerpo contiguo al Presbiterio; el cabecero plano con bóveda de lunetos y el resto de arista. En el exterior, sillares en las esquinas y sillarejo en el resto. Portada de medio punto. Espadaña de dos ojos y campanario detrás de ella. La iglesia de Huelves es pobre al exterior, pero tiene una crucería gótica bastante notable de mediados del XVI. Durante los días de la batalla de Uclés en enero de 1809 fue saqueada por los franceses. Se conservaba en ella el pectoral de Santo Toribio Mogrobejo, arzobispo de Lima, que envió a Huelves don Diego de Parada y Vidaurre, arzobispo de la misma desde 1761 e hijo de los sextos señores de Huelves. Con la guerra civil se perdieron sus altares y adornos. A destacar su pila bautismal, románica con gallones, que es una pieza importante.
Ermita Virgen de la Cuesta.- De mucho interés por la configuración de la planta. Tres ábsides semicirculares, que por el exterior le dan un aspecto elipsoidal.
Ruinas del castillo medieval de los Acuña.- En una de las estribaciones de la Sierra de Altomira, quedan los menguados restos del Castillo de Acuña. Las ruinas consisten en los restos de los cimientos de un alargado recinto con torres redondas, de toscas piedras cuadradas.
Casona de Huelves.- Magnífica casona como gran ejemplo de la arquitectura civil del siglo XVIII, reformada sobre otra del XVI.
Iglesia parroquial San Miguel Arcángel.- Edificio de una sola nave de forma de salón. Bóveda de terceletes en el cuerpo contiguo al Presbiterio; el cabecero plano con bóveda de lunetos y el resto de arista. En el exterior, sillares en las esquinas y sillarejo en el resto. Portada de medio punto. Espadaña de dos ojos y campanario detrás de ella. La iglesia de Huelves es pobre al exterior, pero tiene una crucería gótica bastante notable de mediados del XVI. Durante los días de la batalla de Uclés en enero de 1809 fue saqueada por los franceses. Se conservaba en ella el pectoral de Santo Toribio Mogrobejo, arzobispo de Lima, que envió a Huelves don Diego de Parada y Vidaurre, arzobispo de la misma desde 1761 e hijo de los sextos señores de Huelves. Con la guerra civil se perdieron sus altares y adornos. A destacar su pila bautismal, románica con gallones, que es una pieza importante.
Ermita Virgen de la Cuesta.- De mucho interés por la configuración de la planta. Tres ábsides semicirculares, que por el exterior le dan un aspecto elipsoidal.
Ruinas del castillo medieval de los Acuña.- En una de las estribaciones de la Sierra de Altomira, quedan los menguados restos del Castillo de Acuña. Las ruinas consisten en los restos de los cimientos de un alargado recinto con torres redondas, de toscas piedras cuadradas.
Casona de Huelves.- Magnífica casona como gran ejemplo de la arquitectura civil del siglo XVIII, reformada sobre otra del XVI.
Iglesia parroquial San Miguel Alcángel
Casona de Huelves