lunes, 2 de febrero de 2015

CASTILLO DE ACUÑA

La villa de Huelves está presida por las ruinas del Castillo de Acuña. El castillo, por sus sillares, material y aljibes, tiene traza de haber sido un fuerte romano.
En los restos de sus muros podemos apreciar un recinto rectangular, con torres circulares, indicio de la última reconstrucción, realizada en el s. XV. La fortaleza debió formar parte, con anterioridad, de la línea defensiva y ofensiva cristiana contra el reino taifa de Cuenca.
Se atribuye a Álvar Fáñez, lugarteniente de El Cid, el uso de la fortaleza en el s. XII. Aunque la única noticia documentada es su pertenencia a Lope Vázquez de Acuña, primer duque de Huete, que reconstruyó sus ruinas en el s. XV, dotándolo de su forma actual.
En época musulmana este castillo, era una de las fortalezas defensivas de esta tierra fronteriza y junto a las de Huete y la del propio Uclés defendían esta marca en zona de continuos enfrentamientos con los cristianos. Nunca perteneció Huelves a la orden de Santiago, ni el lugar ni su castillo. Siempre y desde que comenzara Alfonso VII la repoblación de la comarca, mediados del siglo XII, perteneció a la jurisdicción y luego corregimiento de Huete. Desde entonces y también durante el tiempo que permaneció bajo señorío particular. En las crónicas árabes aparece como WALBAH, y en tiempos de cristianos siempre se pronunció y escribió Huelves o Guelves, según se puede leer en documentos de los siglos XIII y XIV
Sus restos hablan por igual del pasado romano, árabe y cristiano, las tres grandes culturas que dejaron su huella en Huelves.
Subiendo al castillo encontraremos la Ermita de la Virgen de la Cuesta, entre cuyos muros se han descubierto piedras miliares romanas, de la calzada que unía Segóbriga (Saélices) y Ercávica (Cañaveruelas).
Acceso libre






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