viernes, 22 de mayo de 2015

DIPUTACIÓN PROVINCIAL


La Diputación de Cuenca fue creada en 1835, como consecuencia de la División territorial de España en 1833.
Palacio de la Diputación
En los albores del siglo XX, se terminó de construir el Palacio Provincial, cuyas obras se habían iniciado veinte años atrás, exactamente el 6 de junio de 1881. Se piensa buscar un edificio en la ciudad que tuviera determinadas características para instalar en él la Diputación y, en el caso de no encontrar uno apropiado, se procedería a erigir uno de nueva planta, pues el que ocupaba hasta ese momento, que era el antiguo convento de los Carmelitas Descalzos, se encontraba en muy mal estado. Finalmente se desechó la idea de buscar un edificio y se optó por levantar uno de nueva planta. En 1890, por medio de un acuerdo municipal, el Ayuntamiento de Cuenca cede el jardín conocido como "La Glorieta", de 10.279 metros cuadrados, en el antiguo Campo de San Francisco, como emplazamiento definitivo para el proyectado palacio de la Diputación Provincial de Cuenca.
El proyecto, realizado por el arquitecto provincial Rafael Alfaro, una vez fue estudiado por la Comisión nombrada para tal efecto, se aprobó en la sesión celebrada el 5 de abril de 1892.
Alfaro ideó un edificio con una sencilla fachada de dos plantas, en la que destaca el cuerpo central. Tiene un ligero recuerdo de la Biblioteca Nacional de Madrid por el tratamiento resaltado del centro aunque, evidentemente, muy simplificado. En la disposición de los huecos hay equilibrio y proporción. Asimismo, la planta está ordenada con gran simetría en torno a un eje, en el que se inserta un amplísimo salón. A la escalera principal le dio gran monumentalidad. En este primer proyecto, Alfaro destinó una sala para Museo Provincial y otra para la Comisión de monumentos artísticos e históricos.
Cuando ya habían transcurrido tres años desde que el proyecto fuera aprobado, se alzó la voz de un diputado diciendo que era excesivamente grande porque comprende un salón regio que ocupa demasiado, lo que hace que el presupuesto sea muy subido y propuso que el palacio se construyera según un croquis que el arquitecto había presentado tiempo atrás, concretamente el 19 de marzo de 1884, por ser más barato sin faltar en nada a la comodidad y decoro que exige el palacio de una Diputación.
Esta propuesta fue aceptada y Alfaro, basándose en ese dibujo, elaboró un segundo proyecto que, realmente, se aparta muy poco de su primera idea.
Alfaro presenta un nuevo trazado de la fachada principal elevando el pabellón central con un friso en mármol sobre el que se colocarán letras de molde, una cornisa y el escudo del primitivo proyecto.
Se modificará el balcón de la fachada y, del interior, la tribuna del salón de sesiones ampliándose su capacidad. Sin embargo, uno de los cambios que más influyó en el aspecto final del edificio, fue el que Alfaro propuso con respecto a la cubierta sustituyendo la teja árabe por la romboidal de zinc con el fin de "armonizar" el conjunto.
En cuanto al escudo que corona el edificio, en 1892 se dictarán las normas de su diseño definitivo que consistirán en la división del campo en cuatro cuarteles, y la desaparición del compás que se situaba al lado del libro del Fuero de Cuenca manteniéndose el resto de los elementos. El escudo y la corona se labran en mármol blanco de carrara por el marmolista Andrés Liria que hará, posteriormente, todos los elementos que de este mismo material pueden verse en el palacio.
En 1900, Rafael Alfaro renuncia a la plaza de arquitecto municipal sucediéndole desde ese momento numerosos arquitectos que intervendrán, en mayor o menor medida, en el aspecto final del edificio.
Así, por ejemplo, la moldura que remata el chapeado de la escalera principal es diseño de Luis López de Arce. Para rematar la escalera, la Comisión Provincial encargó, mediante concurso, un cuadro que bajo el lema, Mi Patria, pintó Benito López Chust reflejando un episodio histórico sobre la segunda conquista de Cuenca por la tropa de Alfonso IX.
Con motivo del anuncio de la visita de Alfonso XIII a la ciudad en mayo de 1905, se aceleraron las obras para poder recibir al rey. Sin embargo, la decoración del salón de sesiones y la última actuación para la definitiva conclusión de las obras del palacio no se iniciará hasta 1912, momento en el que el arquitecto provincial, Roberto García Ochoa, se ofrece para concluir las mismas que, aprobadas en 1915, serán realizadas por los maestros y alumnos de los talleres de carpintería, albañilería y pintura que la Diputación tenía establecidos para dar formación en estos oficios a los acogidos de la Casa de Beneficencia.
Será a partir de 1926 cuando, con la compra del mobiliario, lámparas y tapices se pueda dar por concluido el proyecto que, en 1980, se verá afectado cuando el arquitecto Arturo Ballesteros levante una planta más, en forma de mansarda, para ampliar el espacio disponible.
A grandes rasgos, esta es la historia del palacio provincial de la Diputación de Cuenca, cuya última restauración se inició en 1997 por los alumnos de la Escuela Taller "Campo de San Francisco".
El interior
Con respecto a la carpintería de taller, obra del maestro Alejandro Ramos, se utiliza madera vieja de pino para puertas y ventanas escogiéndose la de nogal y caoba para las zonas nobles y puertas de entrada.
Aunque todavía se prolongarán durante muchos años las obras de pintura, solados, carpintería, electricidad, calefacción etc., en 1898 se encuentran terminados los locales que ocuparán las oficinas de la Corporación.
Uno de los elementos de mayor calidad artística es la escalera principal y, en especial, su balaustrada formada por setenta y cuatro balaustres cuya fundición fue encargada en 1899 a la casa Orea e hijos de Valencia, que fue rematada con el pasamanos realizado por el ebanista Marcelo Usó.
Este mismo año, Gil Cano realiza la decoración pictórica de los artesonados del techo, y se usa mármol de Portilla cedido gratuitamente por el ayuntamiento para los contrachapados de los muros laterales, que ya no serán los blancos de Carrara. Todo eso ocurre entre los años 1900 y 1902.
El Jardín
Los jardines del Palacio Provincial, con una superficie de 7.985 m2, a lo largo de los años han sufrido grandes modificaciones, hasta llegar al diseño actual, realizado en su mayoría por la Escuela Taller Campo de San Francisco, entre los años 1997 a 1999. 






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