viernes, 27 de febrero de 2015

CASTILLO DE HUERTA DE LA OBISPALIA

Parece ser que este castillo se edificó sobre los restos de un asentamiento ibero y que es de origen árabe y del siglo X. Su origen data del siglo XII, cuando el Castillo de Huerta fue capital de los feudos de los Obispos de Cuenca en este señorío de Obispalía. Fortaleza del s. XII, reconstruido en 1.473 aprovechando la forma del suelo rocoso donde se construyó. La actual fortaleza parece tener relación con la guerra civil castellana que sostuvieron Juana la Beltraneja e Isabel de Castilla por el trono. La torre del homenaje actual ya data del siglo XV y tiene los escudos de Jacobo de Véneris y Gabriel Condulmario.
Al pie de la torre principal encontramos una lápida en latín, que afirma ser el italiano Gabriel Condulmario quien promovió su construcción en 1473. Esta torre fue construida bajo el mandato del italiano Gabriel Condulmario, arcediano de Alarcón, proveedor de la iglesia de Cuenca por (M.I.) de Don Antonio de Véneris, obispo de Cuenca, tío suyo, que para apaciguar las luchas de Castilla, fue enviado por la Sede Apostólica y destinado, primeramente a la diócesis de León y posteriormente ungido por la diócesis de Cuenca.
A principios del siglo XVI el castillo fue propiedad del canónigo Juan del Pozo. Sus intrigas comuneras le llevaron a un proceso civil en 1521 tras el que perdió todas sus posesiones en la villa.
En abril de 1579 los vecinos de la villa compran el castillo y se convierten así en sus propietarios.
En 1845 se registra el último dato histórico del castillo, y es la compra del mismo (que ya estaba en ruinas) y de un terreno aledaño por un tal José María Izquierdo.
Este castillo tiene forma alargada. Junto al castillo se levanta la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. La torre del homenaje tiene una portada de arco apuntado y está rematada con matacanes y escudos. Las torres de los extremos del castillo tienen forma de espolón. En su interior todavía se conservan el horno, graneros excavados en la roca, trazas de antiguas dependencias y las antiguas mazmorras, hoy en día modificadas con puertas abiertas al exterior para utilizarlas como cuadras y bodegas.
El estado de conservación es aceptable, aunque hay partes ruinosas y el interior está muy transformado al haberse adaptado a las necesidades agrícolas y ganaderas de sus propietarios.
Acceso al castillo
De propiedad privada, sólo puede visitarse su exterior.

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