El puente cruza el Huécar. A un lado queda el Convento de San Pablo erguido sobre la roca, al otro encaramadas a la otra vertiente rocosa las Casas cabalgadas y bajo nosotros la naturaleza sosteniéndolo todo en perfecto equilibrio.
El primer puente de piedra fue construido, para salvar la hoz del Huécar comunicando el Convento de San Pablo y el casco urbano, a expensas del canónigo Juan del Pozo. A la vista del deteriorro fue declarada la demolición delmismo el 23 de febrero de 1895.
La construcción del nuevo puente de hierro se confió a don Jorge Bartle. Las obras comenzaron muy pronto y fue inaugurado en 1903 por el cardenal Ciriaco Marí Sancha, Arzobispo de Toledo y Primado de España, siendo obispo de Cuenca Wencesao Sangüesa.
Es un puente rectilíneo, de 60 metros de flecha, apoyado en los pilares de arranque de sillería del puente anterior y, en el centro, en un puntal de hierro.
Es el puente más notable de los varios que comunican a la ciudad encerrara entre los ríos Júcar y Huécar es el de San Pablo, sobre el rio Huécar, y que facilita el paso desde la ciudad al antiguo convento de Dominicos. Mide unos 106 metros de longitud por 144 pies de altura, apoyando sus extremos en seis estribos, uno en la colina de la ciudad y otro en el cerro de enfrente. Se compone de 5 arcos con pilares de 40 metros de altura que suben desde el cauce del profundo río en lo que constituye una obra de verdadero atrevimiento.
El primer puente de piedra fue construido, para salvar la hoz del Huécar comunicando el Convento de San Pablo y el casco urbano, a expensas del canónigo Juan del Pozo. A la vista del deteriorro fue declarada la demolición delmismo el 23 de febrero de 1895.
La construcción del nuevo puente de hierro se confió a don Jorge Bartle. Las obras comenzaron muy pronto y fue inaugurado en 1903 por el cardenal Ciriaco Marí Sancha, Arzobispo de Toledo y Primado de España, siendo obispo de Cuenca Wencesao Sangüesa.
Es un puente rectilíneo, de 60 metros de flecha, apoyado en los pilares de arranque de sillería del puente anterior y, en el centro, en un puntal de hierro.
Es el puente más notable de los varios que comunican a la ciudad encerrara entre los ríos Júcar y Huécar es el de San Pablo, sobre el rio Huécar, y que facilita el paso desde la ciudad al antiguo convento de Dominicos. Mide unos 106 metros de longitud por 144 pies de altura, apoyando sus extremos en seis estribos, uno en la colina de la ciudad y otro en el cerro de enfrente. Se compone de 5 arcos con pilares de 40 metros de altura que suben desde el cauce del profundo río en lo que constituye una obra de verdadero atrevimiento.
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