viernes, 30 de enero de 2015

PALACIO EPISCOPAL



El Palacio Episcopal de Cuenca está adosado a la catedral por el lado sur, en la calle Obispo Valero, en pleno centro de la ciudad antigua, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1996. El palacio ocupa lo que antes fueran las casas del cabildo de la catedral, y su edificio primitivo es del siglo XIII, posteriormente se amplió en los siglos XVI y XVII. En la puerta de acceso se puede ver el escudo de su patrocinador, el obispo Flores Osorio. Una parte del palacio está ocupado por el Museo Diocesano Catedralicio de Cuenca.
El Palacio Episcopal de Cuenca se instaló en 1250 en unas casas que el Cabildo de la Catedral dio al Obispo don Mateo Reinal. De aquellas casas, que probablemente en su origen fueron musulmanas, quedan unas inscripciones árabes y una puerta decorada con yeserías.
A fines del siglo XV, se instala en el palacio el Tribunal de la Inquisición, y allí permanece hasta 1530.
En 1535, el Obispo Diego Ramírez decidió remodelar el palacio. Contrató a Pedro de Alviz, quien proyectó el palacio con un patio central, disponiendo las estancias en torno al mismo. Todo lo referente a la labor de carpintería y albañilería se lo encomendó al carpintero Alonso de León.
El patio del palacio, que se conserva en muy buen estado, es de planta cuadrada. El escudo de don Diego Ramírez, aparece aquí, al igual que en otras partes del edificio.
A principios del siglo XVIII, el patio delantero sufrió una importante remodelación. Se hizo entonces una ampliación de la crujía que da a la fachada principal y que entesta con el crucero. La fachada es de extraordinario clasicismo en su ordenación general y en la decoración de los huecos.
En 1781 se cerró el patio principal, y se decoró el techo de uno de los salones de la planta noble, situado en el ala sur, con una pequeña cúpula, cuyas pechinas se adornan con águilas en relieve.
El interior no se puede visitar.








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