En 1972, como consecuencia de la política de
concentración municipal, nace Fuentenava de Jábaga de la unión de los
ayuntamientos de Jábaga, Navalón, Villar del Saz de Navalón, Sotoca y
Fuentesclaras con Jábaga como cabeza del municipio ubicado al noroeste
de la capital, Cuenca, en las estribaciones de la Sierra de Cabrejas.
Lo que hoy es Fuentenava de Jábaga, fue zona de paso a través de la
calzada romana que unía Segóbriga con Ercávica y que, siglos más tarde,
cobraría mayor importancia al ser la ruta del cacao desde Sevilla al
Monasterio de Piedra y al utilizarse, igualmente, como ruta jacobea en
el siglo XIII desde Uclés. Un territorio, pues, que hunde sus raíces en
el periodo de la repoblación y que nos deja restos del siglo XII en la
iglesia parroquial de Jábaga, señal de una relativa prosperidad por su
cercanía a Cuenca aunque, sus habitantes, de forma genérica, formen
parte de una sociedad eminentemente campesina condicionada por una
climatología adversa que hacen de la ganadería y de la agricultura sus
formas de vida.
Jábaga es una población
perteneciente a la comarca de la Serranía Media – Baja de la provincia
de Cuenca. Está a 19 kilómetros de la capital. Esta pequeña población
debe su nombre al término árabe “Yabal”, que significa monte, pasando a
significar el topónimo lugar espeso de monte.
Abadía de Jábaga, mucho más que una fábrica de chocolate artesano.
En
el municipio conquense de Jábaga ha abierto sus puertas una fábrica de
chocolate. Se llama “Abadía de Jábaga”. No se trata únicamente de un
museo, sino que este moderno edificio —que asemeja a una abadía de cruz
latina—, lo conforman también un obrador principal, una
tienda-exposición y un auditorio en donde un impresionante órgano creado
por los hermanos Desmottes (y decorado con pinturas del conocido
artista Jesús Mateo) convierten su impresionante sala en una fabulosa
opción para escuchar conciertos o celebrar algún evento.
Elaboran piezas de manera artesanal únicas, con marcas propias, que venden también a través de su página web por internet.
No solo tienen en su catálogo chocolates y repostería, su propuesta
incluye ropa y complementos con la marca “Abadía de Jábaga”, además de
cosmética y colonias con las propiedades más beneficiosas del cacao. No
se olvidan tampoco de los licores y el vino propios.
La
firma posee, además, un centro de formación con cursos que van desde la
iniciación al chocolate hasta masters avanzados impartidos por expertos
chocolateros internacionales.
El Proyecto de
Abadía de Jábaga se desarrollará en varias fases, aunque su puesta en
marcha ha requerido más de una década de investigación porque Abadía de
Jábaga es mucho más que una fábrica de chocolate. Será también un punto
de referencia para el turismo en la zona, se quiere poner en marcha un
alojamiento con SPA (en el que se aprovecharán todas las propiedades del
chocolate) y un restaurante, todo ello complementado con actividades,
eventos y visitas al museo del edificio.
En la
Abadía de Jábaga se disfruta de una experiencia azucarada en todos los
sentidos, un cúmulo de sensaciones y tentaciones no solamente para los
golosos o para los «chocoadictos», sino para los que disfrutan con la
excepcionalidad de lo bien hecho y las increíbles historias que rodean a
este manjar.
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