El castillo de Belmonte es una fortaleza que se eleva en el cerro de San Cristóbal, a las afueras de la villa de Belmonte. Bien de Interés Cultural declarado Monumento Nacional el 3 de junio de 1931.
Fue construido en la segunda mitad del siglo XV, por orden de don Juan Pacheco, primer Marqués de Villena. El comienzo efectivo de las obras se produce en 1457 y duran hasta 1472, en que quedaron detenidas. En 1474, fecha de la muerte de Juan Pacheco, aún no estaban concluidas. Su hijo, Diego López Pacheco, continuó en parte la obra de su padre, pero no le prestó demasiada atención a la fortaleza de Belmonte. Durante los siglos XVII y XVIII, el castillo, en estado prácticamente de abandono, va sufriendo diversos estragos, que lo llevan a un estado ruinoso en los primeros años del siglo XIX.
Fue la heredera de la casa de Villena, Eugenia de Guzmán, más conocida como la Emperatriz Eugenia de Montijo, la que se encarga de restituir al castillo su esplendor original. Hacia 1857 comienza las obras de restauración. Restaura las defensas de acuerdo al proyecto inicial, pero en el interior se impone el gusto de la época. Así, el arquitecto español Sureda realiza los cierres de las galerías que dan al patio, utilizando el ladrillo como material constructivo. Con la caída del imperio francés, en 1870, cesa la restauración. Tras la caída del imperio francés cesa la restauración y el edificio es ocupado durante unos años por los dominicos franceses que lo adecúan como monasterio. Tras la marcha de los dominicos, el sobrino-nieto de la emperatriz, el Duque de Peñaranda, Hernando Fitz-James Stuart y Falcó continúa con las restauraciones e incluso lo llegó a habitar.
Posteriormente, sirvió también como cárcel del Partido Judicial de Belmonte, y como academia Onésimo Redondo para mandos del Frente de Juventudes. Después quedó abandonado, sufriendo un progresivo deterioro. Por Decreto del 3 de junio de 1931 el castillo fue incluido en el Tesoro Artístico Nacional. Actualmente es propiedad de la Casa Ducal de Peñaranda descendientes de la Duquesa de Alba, María Francisca de Sales Portocarrero, hermana de Eugenia de Guzmán, más conocida como Eugenia de Montijo, que fue emperatriz de los franceses por su matrimonio con Napoleón III.
Gracias a la colaboración entre los propietarios, la administración local y el Ministerio de Fomento el castillo ha sido rehabilitado y en verano de 2010 se abrió al público.
La planta del castillo es muy peculiar, denominada de "estructura atenazada", construida sobre un triángulo equilátero con dos cuerpos en dos de sus lados, y en el otro, la torre del homenaje, triángulo que, mediante la barrera exterior, se convierte en polígono de nueve lados con torreones en los vértices. Los torreones cumplen una doble función, como contrafuertes y como defensa de las partes más vulnerables. El recinto principal se rodea de una barrera de exquisita construcción que defiende las partes más bajas. Esta barrera tiene tres puertas. La planta de este castillo en forma de estrella es única, y su interior palaciego decorado con lujosas techumbres mudéjares en sus salones y galerías, así como su “bestiario medieval” esculpido en piedra, no tienen parangón en España y, sin duda, hacen de este castillo uno de los más emblemáticos de España.
La empresa gestora del Castillo, Fortaleza de Belmonte SL, ha dotado al castillo con diversos contenidos culturales y didácticos para hacer de la visita al Castillo de Belmonte un paseo cultural por la historia del castillo y sus moradores.
Después de la visita al castillo de Belmonte, el visitante conocerá además de cómo era la vida en un castillo medieval, las vicisitudes de la guerra de sucesión en Castilla en la segunda mitad del siglo XV, entre la princesa Juana “La Beltraneja” protegida del marqués de Villena valedor de sus derechos dinásticos, y su tía Isabel más tarde conocida como “La Católica”, y el papel que desempeñó el señor de este castillo en esa contienda. El visitante también se trasladará a la segunda mitad del siglo XIX con salas ambientadas al estilo de la propietaria del castillo en esa época, Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia por su matrimonio con Napoleón III y descendiente del marqués de Villena.
Desde el torreón norte, se puede disfrutar de una magnífica vista del pueblo de Belmonte, desde donde se puede ver la magnífica Colegiata de San Bartolomé que ordenará construir el marqués de Villena, el antiguo alcázar del Infante Don Juan Manuel actualmente en reconstrucción, el hospital de San Andrés, el convento de las madres Concepcionistas, la Plaza del Pilar, el convento de los Trinitarios, y como no, la muralla que desde el castillo protector abraza el casco antiguo de Belmonte.
Para terminar, y después de pasar por la torre del homenaje, podemos bajar al patio de armas y visitar las mazmorras y sótanos, y por fin descansar en la taberna del castillo saboreando un vino y queso de la tierra.
Sin duda alguna, el Castillo de Belmonte se ha hecho un pequeño hueco en la historia del celuloide. Desde que Charlton Heston y Sofía Loren protagonizaran la película El Cid, el castillo ha sido un marco incomparable para otras producciones.
Es un castillo gótico-mudéjar, obra del Maestro Hanequín de Bruselas.
HISTORIA
Belmonte era una aldea dependiente de Alarcón que fue conquistada a los musulmanes almohades en 1184. El territorio pasó a depender militarmente de la Orden de Santiago y el recién creado obispado de Cuenca. La conocida como Tierra de Alarcón y con ella la aldea de Belmonte fue recibida en 1305 por don Juan Manuel, hijo del infante Manuel de Castilla y hermano del rey Alfonso X el Sabio. Don Juan Manuel de Borgoña y Suabia (1282-1347), noble y literato castellano, autor del conocido libro El Conde Lucanor, escribió entre los muros de su palacio uno de sus libros "De los enxiemplos" o ejemplos, compuesto por historias cortas con un fin moralizante. El palacio residencial conocido como Alcázar Viejo y construido hacia 1323 se encuentra intramuros de la villa, cerca de la Colegiata de San Bartolomé aunque en avanzado estado de deterioro. También de este periodo es la construcción de una primera muralla rodeando la ciudad. En 1361 el rey de Castilla Pedro I (1350-1369) incorpora la villa a la Corona independizándola de Alarcón, cerrando con ello el periodo de dominio de los Manuel sobre la villa. En 1366 el rey Enrique II de Trastamara (1369-1379) convierte el territorio en marquesado y se lo entrega a don Alfonso de Aragón que lo retendrá hasta 1398. En 1398 el rey Enrique III de Castilla (1390-1406) dona la villa de Belmonte a Juan Fernández Pacheco oriundo de Santarém (Portugal) que se convierte en el I señor de Belmonte. Hereda el señorío su hija María Pacheco casado con Alonso Téllez Girón del linaje de los Acuña. Antes de la boda Juan Fernández Pacheco había establecido mediante capitulaciones matrimoniales un mayorazgo sobre el territorio en favor del primogénito pero a condición de mantener las armas y el apellido de los Pacheco. Su hijo Juan Pacheco nacido en 1419 en el Alcázar Viejo de Belmonte sería el primero en asumir el mayorazgo. En 1445 el rey Juan II por méritos de guerra en la batalla de Olmedo le nombra Marques de Villena. El actual castillo fue construido entre 1456 y 1472 (siglo XV) por Juan Pacheco primer Marqués de Villena y III Señor de Belmonte. Es obra gótica-mudéjar del maestro Hanequín de Bruselas fallecido en Toledo en 1494. Según un documento de 1456, don Juan Pacheco ordena construir el castillo y una muralla de cal y canto que rodease la villa hasta el castillo, cuya tercera parte sería costeada por el propio marqués y el resto por sus vasallos de Belmonte. Juan Pacheco también ordenó construir la Iglesia Colegial de San Bartolomé en esta villa de Belmonte.
El marqués de Villena, Juan Pacheco, cedió en 1467 el castillo inacabado, a su hijo Diego López Pacheco Portocarrero segundo marqués de Villena. Este al apoyar el bando de la hija de Enrique IV (Juana la Beltraneja) perdió temporalmente la propiedad del castillo y de otras villas (Garcimuñoz y Alarcón). Poco tiempo después, la ya reina Isabel la Católica le devolvió sus propiedades. Esta historia hay que enmarcarla en el periodo de la guerra civil de Castilla entre los partidarios de Isabel la Católica y Juana la Beltraneja.
Durante la Guerra de Sucesión a la Corona de España (1701-1713), los descendientes del Marqués de Villena se distinguieron por su adhesión a la causa de Felipe V a quien prestaron grandes servicios. La situación de Belmonte les sirvió maravillosamente, eligiéndolo como punto estratégico para detener los socorros que recibía de Portugal el archiduque Carlos de Austria aspirante a la Corona, y a vigilar al mismo tiempo las fuerzas que operan en el Reino de Valencias. Durante la guerra de la independencia (1808-1814), el castillo sirvió como cárcel francesa quedando al final de la guerra en lamentable estado. Por la zona fue famoso el guerrillero español conocido como "el francisquete" o "Tio Camuñas" (Francisco Sánchez Fernández) cuyos restos reposan en la Colegiata de Belmonte, En el siglo XIX la propiedad del castillo la ostentaba el condado de Montijo. Eugenia de Montijo (esposa del emperador de Francia Napoleón III) encargó al arquitecto español Alejandro Sureda la rehabilitación del castillo siguiendo esquemas franceses en la restauración. Posteriormente fue habitado por una comunidad de dominicos franceses que realizaron reformas en los salones del castillo, construyendo una capilla. Los dominicos residieron en el castillo hasta 1885.
Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) el castillo sirvió de cuartel republicano y prisión.
Uno de los personajes históricos que habitó el Castillo de Belmonte durante algún tiempo fue doña Juana, conocida como la Beltraneja, hija de Enrique IV. Protagonista de los enfrentamientos políticos que sufrió Castilla en el siglo XV y que acabaron con la entronización de la reina Isabel I llamada la Católica. Una de las puertas del castillo tiene su nombre, pues según cuenta la leyenda por ella huyó del castillo para evitar una muerte segura por parte de sus antiguos aliados. Dice la historia que cuando la causa de Juana la Beltraneja se daba por perdida, y ante la actitud del Marqués de Villena de cambiar de bando, Juana vio peligrar su seguridad y se descolgó por una de las ventanas de la capilla del palacio huyendo por la puerta que hoy día recibe su nombre.
Dos partes pueden diferenciarse en el castillo: el recinto amurallado que baja hasta la población y el castillo propiamente dicho.
Acceso al castillo
El castillo es privado, y organiza sus visitas, de 10 a 14 y de 15.30 a 18.30; el horario de tarde se amplía hasta las 19 horas en los meses de febrero y mayo, y hasta las 20,30 desde junio a septiembre.
Cerrado los lunes.
Tarifa: 8€, 4€ niños hasta 15 años. Más información, Oficina de Turismo de Belmonte, teléfono 967 170 741.
Fue construido en la segunda mitad del siglo XV, por orden de don Juan Pacheco, primer Marqués de Villena. El comienzo efectivo de las obras se produce en 1457 y duran hasta 1472, en que quedaron detenidas. En 1474, fecha de la muerte de Juan Pacheco, aún no estaban concluidas. Su hijo, Diego López Pacheco, continuó en parte la obra de su padre, pero no le prestó demasiada atención a la fortaleza de Belmonte. Durante los siglos XVII y XVIII, el castillo, en estado prácticamente de abandono, va sufriendo diversos estragos, que lo llevan a un estado ruinoso en los primeros años del siglo XIX.
Fue la heredera de la casa de Villena, Eugenia de Guzmán, más conocida como la Emperatriz Eugenia de Montijo, la que se encarga de restituir al castillo su esplendor original. Hacia 1857 comienza las obras de restauración. Restaura las defensas de acuerdo al proyecto inicial, pero en el interior se impone el gusto de la época. Así, el arquitecto español Sureda realiza los cierres de las galerías que dan al patio, utilizando el ladrillo como material constructivo. Con la caída del imperio francés, en 1870, cesa la restauración. Tras la caída del imperio francés cesa la restauración y el edificio es ocupado durante unos años por los dominicos franceses que lo adecúan como monasterio. Tras la marcha de los dominicos, el sobrino-nieto de la emperatriz, el Duque de Peñaranda, Hernando Fitz-James Stuart y Falcó continúa con las restauraciones e incluso lo llegó a habitar.
Posteriormente, sirvió también como cárcel del Partido Judicial de Belmonte, y como academia Onésimo Redondo para mandos del Frente de Juventudes. Después quedó abandonado, sufriendo un progresivo deterioro. Por Decreto del 3 de junio de 1931 el castillo fue incluido en el Tesoro Artístico Nacional. Actualmente es propiedad de la Casa Ducal de Peñaranda descendientes de la Duquesa de Alba, María Francisca de Sales Portocarrero, hermana de Eugenia de Guzmán, más conocida como Eugenia de Montijo, que fue emperatriz de los franceses por su matrimonio con Napoleón III.
Gracias a la colaboración entre los propietarios, la administración local y el Ministerio de Fomento el castillo ha sido rehabilitado y en verano de 2010 se abrió al público.
La planta del castillo es muy peculiar, denominada de "estructura atenazada", construida sobre un triángulo equilátero con dos cuerpos en dos de sus lados, y en el otro, la torre del homenaje, triángulo que, mediante la barrera exterior, se convierte en polígono de nueve lados con torreones en los vértices. Los torreones cumplen una doble función, como contrafuertes y como defensa de las partes más vulnerables. El recinto principal se rodea de una barrera de exquisita construcción que defiende las partes más bajas. Esta barrera tiene tres puertas. La planta de este castillo en forma de estrella es única, y su interior palaciego decorado con lujosas techumbres mudéjares en sus salones y galerías, así como su “bestiario medieval” esculpido en piedra, no tienen parangón en España y, sin duda, hacen de este castillo uno de los más emblemáticos de España.
La empresa gestora del Castillo, Fortaleza de Belmonte SL, ha dotado al castillo con diversos contenidos culturales y didácticos para hacer de la visita al Castillo de Belmonte un paseo cultural por la historia del castillo y sus moradores.
Después de la visita al castillo de Belmonte, el visitante conocerá además de cómo era la vida en un castillo medieval, las vicisitudes de la guerra de sucesión en Castilla en la segunda mitad del siglo XV, entre la princesa Juana “La Beltraneja” protegida del marqués de Villena valedor de sus derechos dinásticos, y su tía Isabel más tarde conocida como “La Católica”, y el papel que desempeñó el señor de este castillo en esa contienda. El visitante también se trasladará a la segunda mitad del siglo XIX con salas ambientadas al estilo de la propietaria del castillo en esa época, Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia por su matrimonio con Napoleón III y descendiente del marqués de Villena.
Desde el torreón norte, se puede disfrutar de una magnífica vista del pueblo de Belmonte, desde donde se puede ver la magnífica Colegiata de San Bartolomé que ordenará construir el marqués de Villena, el antiguo alcázar del Infante Don Juan Manuel actualmente en reconstrucción, el hospital de San Andrés, el convento de las madres Concepcionistas, la Plaza del Pilar, el convento de los Trinitarios, y como no, la muralla que desde el castillo protector abraza el casco antiguo de Belmonte.
Para terminar, y después de pasar por la torre del homenaje, podemos bajar al patio de armas y visitar las mazmorras y sótanos, y por fin descansar en la taberna del castillo saboreando un vino y queso de la tierra.
Sin duda alguna, el Castillo de Belmonte se ha hecho un pequeño hueco en la historia del celuloide. Desde que Charlton Heston y Sofía Loren protagonizaran la película El Cid, el castillo ha sido un marco incomparable para otras producciones.
Es un castillo gótico-mudéjar, obra del Maestro Hanequín de Bruselas.
HISTORIA
Belmonte era una aldea dependiente de Alarcón que fue conquistada a los musulmanes almohades en 1184. El territorio pasó a depender militarmente de la Orden de Santiago y el recién creado obispado de Cuenca. La conocida como Tierra de Alarcón y con ella la aldea de Belmonte fue recibida en 1305 por don Juan Manuel, hijo del infante Manuel de Castilla y hermano del rey Alfonso X el Sabio. Don Juan Manuel de Borgoña y Suabia (1282-1347), noble y literato castellano, autor del conocido libro El Conde Lucanor, escribió entre los muros de su palacio uno de sus libros "De los enxiemplos" o ejemplos, compuesto por historias cortas con un fin moralizante. El palacio residencial conocido como Alcázar Viejo y construido hacia 1323 se encuentra intramuros de la villa, cerca de la Colegiata de San Bartolomé aunque en avanzado estado de deterioro. También de este periodo es la construcción de una primera muralla rodeando la ciudad. En 1361 el rey de Castilla Pedro I (1350-1369) incorpora la villa a la Corona independizándola de Alarcón, cerrando con ello el periodo de dominio de los Manuel sobre la villa. En 1366 el rey Enrique II de Trastamara (1369-1379) convierte el territorio en marquesado y se lo entrega a don Alfonso de Aragón que lo retendrá hasta 1398. En 1398 el rey Enrique III de Castilla (1390-1406) dona la villa de Belmonte a Juan Fernández Pacheco oriundo de Santarém (Portugal) que se convierte en el I señor de Belmonte. Hereda el señorío su hija María Pacheco casado con Alonso Téllez Girón del linaje de los Acuña. Antes de la boda Juan Fernández Pacheco había establecido mediante capitulaciones matrimoniales un mayorazgo sobre el territorio en favor del primogénito pero a condición de mantener las armas y el apellido de los Pacheco. Su hijo Juan Pacheco nacido en 1419 en el Alcázar Viejo de Belmonte sería el primero en asumir el mayorazgo. En 1445 el rey Juan II por méritos de guerra en la batalla de Olmedo le nombra Marques de Villena. El actual castillo fue construido entre 1456 y 1472 (siglo XV) por Juan Pacheco primer Marqués de Villena y III Señor de Belmonte. Es obra gótica-mudéjar del maestro Hanequín de Bruselas fallecido en Toledo en 1494. Según un documento de 1456, don Juan Pacheco ordena construir el castillo y una muralla de cal y canto que rodease la villa hasta el castillo, cuya tercera parte sería costeada por el propio marqués y el resto por sus vasallos de Belmonte. Juan Pacheco también ordenó construir la Iglesia Colegial de San Bartolomé en esta villa de Belmonte.
El marqués de Villena, Juan Pacheco, cedió en 1467 el castillo inacabado, a su hijo Diego López Pacheco Portocarrero segundo marqués de Villena. Este al apoyar el bando de la hija de Enrique IV (Juana la Beltraneja) perdió temporalmente la propiedad del castillo y de otras villas (Garcimuñoz y Alarcón). Poco tiempo después, la ya reina Isabel la Católica le devolvió sus propiedades. Esta historia hay que enmarcarla en el periodo de la guerra civil de Castilla entre los partidarios de Isabel la Católica y Juana la Beltraneja.
Durante la Guerra de Sucesión a la Corona de España (1701-1713), los descendientes del Marqués de Villena se distinguieron por su adhesión a la causa de Felipe V a quien prestaron grandes servicios. La situación de Belmonte les sirvió maravillosamente, eligiéndolo como punto estratégico para detener los socorros que recibía de Portugal el archiduque Carlos de Austria aspirante a la Corona, y a vigilar al mismo tiempo las fuerzas que operan en el Reino de Valencias. Durante la guerra de la independencia (1808-1814), el castillo sirvió como cárcel francesa quedando al final de la guerra en lamentable estado. Por la zona fue famoso el guerrillero español conocido como "el francisquete" o "Tio Camuñas" (Francisco Sánchez Fernández) cuyos restos reposan en la Colegiata de Belmonte, En el siglo XIX la propiedad del castillo la ostentaba el condado de Montijo. Eugenia de Montijo (esposa del emperador de Francia Napoleón III) encargó al arquitecto español Alejandro Sureda la rehabilitación del castillo siguiendo esquemas franceses en la restauración. Posteriormente fue habitado por una comunidad de dominicos franceses que realizaron reformas en los salones del castillo, construyendo una capilla. Los dominicos residieron en el castillo hasta 1885.
Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) el castillo sirvió de cuartel republicano y prisión.
Uno de los personajes históricos que habitó el Castillo de Belmonte durante algún tiempo fue doña Juana, conocida como la Beltraneja, hija de Enrique IV. Protagonista de los enfrentamientos políticos que sufrió Castilla en el siglo XV y que acabaron con la entronización de la reina Isabel I llamada la Católica. Una de las puertas del castillo tiene su nombre, pues según cuenta la leyenda por ella huyó del castillo para evitar una muerte segura por parte de sus antiguos aliados. Dice la historia que cuando la causa de Juana la Beltraneja se daba por perdida, y ante la actitud del Marqués de Villena de cambiar de bando, Juana vio peligrar su seguridad y se descolgó por una de las ventanas de la capilla del palacio huyendo por la puerta que hoy día recibe su nombre.
Dos partes pueden diferenciarse en el castillo: el recinto amurallado que baja hasta la población y el castillo propiamente dicho.
Acceso al castillo
El castillo es privado, y organiza sus visitas, de 10 a 14 y de 15.30 a 18.30; el horario de tarde se amplía hasta las 19 horas en los meses de febrero y mayo, y hasta las 20,30 desde junio a septiembre.
Cerrado los lunes.
Tarifa: 8€, 4€ niños hasta 15 años. Más información, Oficina de Turismo de Belmonte, teléfono 967 170 741.
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