CARRASCOSA DE HARO
Carrascosa de Haro es un municipio español de la provincia de Cuenca, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, Está ubicado en la comarca de la Mancha de Cuenca.
HISTORIA
Haciendo alusión a su nombre, Carrascosa significa lugar poblado de carrascas, carrascas que existían y aún persisten por estos lugares.
Su segundo apelativo: de Haro, se debe por pertenecer al territorio del Castillo de Haro, del que dependía. El Señorío de Haro fue concedido por el rey Alfonso VIII, a su alférez mayor Don Diego López de Haro como recompensa tras la batalla de las Navas de Tolosa, para repoblamiento y defensa del territorio de la parte alta del valle del Záncara que había sido conquistado a los almohades. (S. XII).
En las “Relaciones topográficas” de Felipe II dadas por los vecinos de Villaescusa de Haro, el 30 de noviembre de 1.575, se dice:
Se llama así (refiriéndose a Villaescusa) porque, siendo aldea de Haro, la hizo villa el maestre D. Fadrique, el 7 de febrero de 1.387, como consta por privilegio que está archivado en ella. En tiempo del maestre D. Lorenzo Alvaro de Figueroa pidieron que se les pusiese bajo su jurisdicción las aldeas de Haro: Villar de la Encina, Carrascosa y la Rada y así se hizo y hoy forman un concejo.
Por aquel entonces, Carrascosa figuraba con 30 vecinos (unos 120 habitantes) e iglesia aneja a Villar de la Encina.
Anteriormente, toda la comarca de Villaescusa y sus aldeas, perteneció al Señorío de Haro, cuyo centro estuvo en el despoblado de Haro.
Posteriormente perteneció al Priorato de Uclés, de la Orden de Santiago y en franca oposición al Marqués de Villena, cuyos límites compartían.
Antiguamente, según descubrimientos arqueológicos hallados cerca del río Záncara, los romanos construyeron una villa de cierta importancia y que, según los ancianos del pueblo, las piedras de sus ruinas sirvieron para construir la Iglesia Parroquial.
A finales del siglo XVII o principios del siglo XVIII se constituyó en villa con concejo propio, independizándose en lo civil de Villaescusa y en lo religioso de Villar de la Encina.
Pasaba por esta villa “La Cañada Real”, vía pastoril principal que venía desde Soria, pasaba por Segovia, Guadalajara y Teruel, atravesaba la provincia de Cuenca hasta el límite de Ciudad Real con Jaén. Se utilizaba esta cañada para la transhumancia del ganado, sobre todo lanar.
PODEMOS VISITAR
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.- Del siglo XVI. Su torre es digna por sus esquinales, pero el resto del edificio es de pobres materiales y en algún caso, descarnados. Los tres cuerpos de su torre y los pináculos de bolas y flecha piramidal le dan algo más de solera constructiva.
Haciendo alusión a su nombre, Carrascosa significa lugar poblado de carrascas, carrascas que existían y aún persisten por estos lugares.
Su segundo apelativo: de Haro, se debe por pertenecer al territorio del Castillo de Haro, del que dependía. El Señorío de Haro fue concedido por el rey Alfonso VIII, a su alférez mayor Don Diego López de Haro como recompensa tras la batalla de las Navas de Tolosa, para repoblamiento y defensa del territorio de la parte alta del valle del Záncara que había sido conquistado a los almohades. (S. XII).
En las “Relaciones topográficas” de Felipe II dadas por los vecinos de Villaescusa de Haro, el 30 de noviembre de 1.575, se dice:
Se llama así (refiriéndose a Villaescusa) porque, siendo aldea de Haro, la hizo villa el maestre D. Fadrique, el 7 de febrero de 1.387, como consta por privilegio que está archivado en ella. En tiempo del maestre D. Lorenzo Alvaro de Figueroa pidieron que se les pusiese bajo su jurisdicción las aldeas de Haro: Villar de la Encina, Carrascosa y la Rada y así se hizo y hoy forman un concejo.
Por aquel entonces, Carrascosa figuraba con 30 vecinos (unos 120 habitantes) e iglesia aneja a Villar de la Encina.
Anteriormente, toda la comarca de Villaescusa y sus aldeas, perteneció al Señorío de Haro, cuyo centro estuvo en el despoblado de Haro.
Posteriormente perteneció al Priorato de Uclés, de la Orden de Santiago y en franca oposición al Marqués de Villena, cuyos límites compartían.
Antiguamente, según descubrimientos arqueológicos hallados cerca del río Záncara, los romanos construyeron una villa de cierta importancia y que, según los ancianos del pueblo, las piedras de sus ruinas sirvieron para construir la Iglesia Parroquial.
A finales del siglo XVII o principios del siglo XVIII se constituyó en villa con concejo propio, independizándose en lo civil de Villaescusa y en lo religioso de Villar de la Encina.
Pasaba por esta villa “La Cañada Real”, vía pastoril principal que venía desde Soria, pasaba por Segovia, Guadalajara y Teruel, atravesaba la provincia de Cuenca hasta el límite de Ciudad Real con Jaén. Se utilizaba esta cañada para la transhumancia del ganado, sobre todo lanar.
PODEMOS VISITAR
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.- Del siglo XVI. Su torre es digna por sus esquinales, pero el resto del edificio es de pobres materiales y en algún caso, descarnados. Los tres cuerpos de su torre y los pináculos de bolas y flecha piramidal le dan algo más de solera constructiva.
El Molino del Blanco.- El "Molino del Blanco", está en la ribera del río Záncara y ya aparece referenciado como tal en la relación de cañadas reales de Felipe II. Está perfectamente conservado, y es uno de los pocos molinos harineros de agua que aún siguen en funcionamiento en España.
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