A principios del siglo XVI, la residencia o casa del corregidor estaba situada en el barrio del Alcázar de Cuenca (España), en una casa que también servía como cárcel. Pronto, sin embargo, se abandonaría este lugar, pues, en torno a 1541, los señores del Concejo acordaron construir una nueva cárcel, ya que consideraban que era muy necesaria para el buen gobierno de la ciudad. En relación con esta obra aparecen, a lo largo del siglo XVI, los nombres de los maestros de cantería Sebastián de Amani, Francisco Vélez, Francisco de Calahorra, Juanes de Mendizábal el Mozo (que en 1561 labró la portada) y Martín de Mendizábal el Viejo (el cual, en 1570, enlosó el patio). Asimismo, el maestro de carpintería Cebrián de León el Viejo intervino de forma muy activa en su ejecución, pues incluso hizo unas trazas del edificio.
Esta cárcel real fue demolida a mediadas del siglo XVIII, y en el solar que aquélla ocupaba se erigió el edificio que hoy subsiste.
José Martín diseño un edificio de tres plantas en la fachada principal, que se convierten en siete en la posterior, separadas por cornisas. En el balcón campea el escudo de España, que irrumpe en el piso alto hasta el alféizar de la ventana.
Tiene un amplio zaguán, con dos pilares, del que arrancan dos escaleras: Una, pequeña y estrecha, nos conduce a los sótanos, que es donde estuvo instalada la cárcel, y otra, que nos lleva a la que fue la vivienda de Corregidor.
Los trabajos arqueológicos que se están llevando a cabo en el edificio de la antigua Casa del Corregidor de Cuenca, situada en la calle Alfonso VIII del Casco Antiguo de la capital conquense, han dado como resultado el hallazgo de nuevas celdas de esta instalación que sirvió como cárcel real desde el siglo XVI.
En estos nuevos trabajos los arqueólogos han encontrado habitáculos carcelarios que estaban tapiados, por lo que se ha podido comprobar cómo eran realmente estas instalaciones. Así, se han encontrado restos de cerámica y platos rotos en los que comían los encarcelados, además de restos de grilletes en las paredes. La celda mejor conservada, que data del siglo XIX, ha revelado además qué comían los presos de esta instalación, por los restos encontrados.
Tal y como han explicado los responsables de Ares Arqueología, la Casa del Corregidor fue la cárcel real de Cuenca y data del siglo XVI, posteriormente ampliada en el siglo XVIII por el aumento de las condenas a prisión y de la población de la época. La instalación comenzó a utilizarse además como juzgado provincial a partir de ese momento, funciones que mantuvo durante la Guerra Civil, tal y como revelaron hallazgos de excavaciones previas, donde se llegaron a encontrar documentos jurídicos que databan desde el siglo XV.
La Casa del Corregidor es actualmente de propiedad municipal y es el Consorcio Ciudad de Cuenca quien está gestionando esta fase de las obras así como los nuevos estudios arquitectónicos.
Esta cárcel real fue demolida a mediadas del siglo XVIII, y en el solar que aquélla ocupaba se erigió el edificio que hoy subsiste.
José Martín diseño un edificio de tres plantas en la fachada principal, que se convierten en siete en la posterior, separadas por cornisas. En el balcón campea el escudo de España, que irrumpe en el piso alto hasta el alféizar de la ventana.
Tiene un amplio zaguán, con dos pilares, del que arrancan dos escaleras: Una, pequeña y estrecha, nos conduce a los sótanos, que es donde estuvo instalada la cárcel, y otra, que nos lleva a la que fue la vivienda de Corregidor.
Los trabajos arqueológicos que se están llevando a cabo en el edificio de la antigua Casa del Corregidor de Cuenca, situada en la calle Alfonso VIII del Casco Antiguo de la capital conquense, han dado como resultado el hallazgo de nuevas celdas de esta instalación que sirvió como cárcel real desde el siglo XVI.
En estos nuevos trabajos los arqueólogos han encontrado habitáculos carcelarios que estaban tapiados, por lo que se ha podido comprobar cómo eran realmente estas instalaciones. Así, se han encontrado restos de cerámica y platos rotos en los que comían los encarcelados, además de restos de grilletes en las paredes. La celda mejor conservada, que data del siglo XIX, ha revelado además qué comían los presos de esta instalación, por los restos encontrados.
Tal y como han explicado los responsables de Ares Arqueología, la Casa del Corregidor fue la cárcel real de Cuenca y data del siglo XVI, posteriormente ampliada en el siglo XVIII por el aumento de las condenas a prisión y de la población de la época. La instalación comenzó a utilizarse además como juzgado provincial a partir de ese momento, funciones que mantuvo durante la Guerra Civil, tal y como revelaron hallazgos de excavaciones previas, donde se llegaron a encontrar documentos jurídicos que databan desde el siglo XV.
La Casa del Corregidor es actualmente de propiedad municipal y es el Consorcio Ciudad de Cuenca quien está gestionando esta fase de las obras así como los nuevos estudios arquitectónicos.
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