viernes, 30 de enero de 2015

IGLESIA DEL SALVADOR

La Iglesia de El Salvador se construyó en el siglo XVIII sobre otra, del siglo XIII y que siguió teniendo reformas y ampliaciones. Es un edificio de estilo neogótico que está situado en el Barrio de El Salvador de la ciudad de Cuenca. A lo largo del siglo XVI, se hicieron diversas obras en la fábrica gótica, siendo las más importantes las que se llevaron a cabo, en los últimos años, en la capilla mayor y en la sacristía, en las cuales trabajaron activamente los maestros de cantería Pedro de la Vaca, Pedro de la Viña, Martín de Mendizábal el Viejo y Toribio de la Haza. Hay que destacar la labor del maestro de cantería Diego Gil, el cual cubrió la iglesia con una nueva armadura de madera, así como la sacristía y dos capillas. También en el siglo XVI, el edificio se amplió con la construcción de capillas a ambos lados de la nave y sabemos que Isabel de Moya, Juan del Collado, el regidor Alonso de Luna y los Justiniano tuvieron aquí su capilla, y que las dos primeras estaban presididas por retablos pintados por Juan Gómez de Mora sobrino de Francisco de Mora. Sin embargo, la obra de mayor envergadura y que iba a afectar más a la estructura del edificio, se realizó en el siglo XVII, concretamente en el año 1656. En efecto, la nave, que tiene gran amplitud y altura, se cerró entonces con bóveda de medio cañón, perforada por lunetos y reforzada con arcos fajones que arrancan de pilastras. Fue diseñada por Juan del Pontón, que era maestro de obras del Obispado, y el dibujo se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Cuenca. Esta obra se ejecutó a iniciativa de los regidores Mateo Carnerero y Pedro González de Aragandoña, que eran los prebostes del cabildo de la Virgen de la Soledad. Asimismo, en el siglo XVII, se realizó la portada del templo. A principios del siglo XVIII, la capilla del Santo Sepulcro fue completamente remodelada. En el siglo XIX, la iglesia de El Salvador cobró especial relevancia al absorber a los feligreses de otras parroquias; razón por la cual se decidió su reforma en el año 1863. Se encargó de la misma Juan José Trigueros, arquitecto diocesano. La mayor novedad del proyecto de Trigueros consistía en trasladar la torre a la cabecera del templo, y en disponer la fachada principal en el lado oeste. La portada, un tanto clasicista, la revestía con una monumentalidad de la que había carecido anteriormente. Esta idea, sin embargo, no se materializó hasta 1903; y ello de acuerdo con un plan, pero mucho más simplificado, ya que sólo se actuó en los pies de la iglesia, concretamente en el coro y en la torre. Los trabajos se ejecutaron con toda celeridad, pues en agosto de 1903 Luis López de Arce presentó el proyecto definitivo de la obra a realizar y dos años más tarde, la torre ya estaba en pie. Se trata de una torre muy ecléctica, neogótica, de piedra y ladrillo, con extrañas resonancias mudéjares.
Visita libre durante día.


















 




 






No hay comentarios:

Publicar un comentario