Villanueva de la Jara, o comúnmente llamada La Jara, es un pueblo de la provincia de Cuenca.
Los primeros restos que se conocen de vida en Villanueva de la Jara fueron encontrados en el Cerro del Cuco. Dichos restos datan de la Edad del Bronce. Actualmente se encuentran expuestos en el museo provincial en Cuenca.
En la época romana, la localidad está bajo la influencia del triángulo formado por las villas de Tarazona, Tresjuncos y Valeria. Tras ello, el esfuerzo por el dominio del territorio hace que se asienten junto al río Valdemembra almohades, moriscos y más tarde cristianos, fruto de una repoblación que en esta zona comienza a mediados del siglo XII.
Tras el dominio árabe el rey de Castilla, Alfonso VIII, reconquista la ciudad de Cuenca en 1178, también se reconquistaron las villas de Alarcón e Iniesta en 1184 estableciéndose el Fuero de Cuenca para favorecer la repoblación de este territorio. Durante esta época, unos vecinos de Alarcón viajaron 4 leguas hacia el sur fundando el pueblo, al principio como aldea dependiente de Alarcón y regido bajo la jurisdicción del Señorío de Villena y de la Corona de Castilla.
El municipio posee el título de Villa desde el 8 de julio de 1476, ganándose la independencia de Alarcón debido al apoyo prestado a la reina Isabel la Católica durante la Guerra de Sucesión Castellana, en la que Diego López Pacheco, Marqués de Villena y señor de Alarcón, luchó a favor de la otra candidata al trono de Castilla, Juana la Beltraneja. Al principio su término municipal limitaba con los términos de Alarcón, Iniesta y Jorquera e integraba pueblos como: Quintanar del Rey, Tarazona de la Mancha, Casasimarro, Villagarcía del Llano, Madrigueras o Villalgordo de Júcar.
En la Guerra de Sucesión las tropas del Archiduque Carlos tomaron la villa, la saquearon y la incendiaron.
A partir del siglo XIX Villanueva de la Jara tuvo una importancia significativa que se vio reflejada en la construcción de un Colegio de Latinidad (el primero en la provincia de Cuenca).
En la Guerra Civil Española fue una de las bases del Ejército Leal Republicano y de las Brigadas Internacionales. En Villanueva de la Jara estuvieron George Orwell, Willy Brandt y Josip Broz Tito entre muchos otros, dentro de las Brigadas Internacionales, la Comitern y la Brigada Lincoln. En las afueras de la localidad se encuentran unos búnkeres de lo que fue aeródromo en tiempo de guerra.
Tras una época de gran importancia durante los años de la posguerra mucha gente tuvo que emigrar de Villanueva de la Jara.
A partir de 2000 empezaron a llegar inmigrantes de Sudamérica y Europa del Este para trabajar, principalmente, en el champiñón.
Podemos visitar:
Plaza Mayor.- Constituye el elemento central del pueblo. En uno de los lados se encuentra el Ayuntamiento, edificio renacentista del siglo XVI. El antiguo pósito, al lado del Ayuntamiento y hoy Centro Médico, es del siglo XV o del siglo XVI. Destaca la torre del Reloj de tres plantas. También se encuentra aquí la Posada Massó, de estilo renacentista, que constituye uno de los mejores exponentes de la típica posada castellana. En el otro extremo de la plaza se encuentra Villa Enriqueta, una casa palaciega del siglo XIX. El edificio fue mandado construir por Jesús Casanova para su uso como vivienda propia. Y si en un principio fue palacio, luego pasó a ser hospital militar durante la Guerra Civil española y actualmente es propiedad de una familia cuyas viviendas se sitúan en torno a un patio central.
Iglesia Parroquial de la Asunción.- Ostenta el título de Basílica y desde 1982 está declarada Monumento Histórico-Artístico. Esta iglesia se construyó con las piedras del antiguo castillo árabe de Villanueva allá por el siglo XV. El Altar Mayor posee un valioso retablo de tres cuerpos en madera dorada.
Convento de las Carmelitas.- Fue fundado por Santa Teresa de Jesús en 1580. Está compuesto por iglesia, convento y claustro. Es un edificio aislado que forma una manzana entera y rodeado de muros. En su interior destacan las pinturas del siglo XVII del retablo y una magnífica techumbre de madera de estilo mudéjar que cubre el presbiterio. También destaca el sepulcro de la Venerable Ana de San Agustín, a cuyo cargo quedó el convento una vez que Santa Teresa abandonó Villanueva de la Jara.
Iglesia del Carmen.- Antiguamente fue un convento de Frailes Carmelitas, que guarda la imagen de la Virgen de las Nieves. El edificio es de una sala nave con planta de cruz latina y cúpula de media naranja.
Rollo de Justicia.- Es un monumento histórico donde antiguamente se ejecutaba a quienes infringían las antiguas leyes. Se encuentra sobre una base de tres escalones, es un rollo cilíndrico encabezado por cuatro huecos, uno por cada cara.
Los primeros restos que se conocen de vida en Villanueva de la Jara fueron encontrados en el Cerro del Cuco. Dichos restos datan de la Edad del Bronce. Actualmente se encuentran expuestos en el museo provincial en Cuenca.
En la época romana, la localidad está bajo la influencia del triángulo formado por las villas de Tarazona, Tresjuncos y Valeria. Tras ello, el esfuerzo por el dominio del territorio hace que se asienten junto al río Valdemembra almohades, moriscos y más tarde cristianos, fruto de una repoblación que en esta zona comienza a mediados del siglo XII.
Tras el dominio árabe el rey de Castilla, Alfonso VIII, reconquista la ciudad de Cuenca en 1178, también se reconquistaron las villas de Alarcón e Iniesta en 1184 estableciéndose el Fuero de Cuenca para favorecer la repoblación de este territorio. Durante esta época, unos vecinos de Alarcón viajaron 4 leguas hacia el sur fundando el pueblo, al principio como aldea dependiente de Alarcón y regido bajo la jurisdicción del Señorío de Villena y de la Corona de Castilla.
El municipio posee el título de Villa desde el 8 de julio de 1476, ganándose la independencia de Alarcón debido al apoyo prestado a la reina Isabel la Católica durante la Guerra de Sucesión Castellana, en la que Diego López Pacheco, Marqués de Villena y señor de Alarcón, luchó a favor de la otra candidata al trono de Castilla, Juana la Beltraneja. Al principio su término municipal limitaba con los términos de Alarcón, Iniesta y Jorquera e integraba pueblos como: Quintanar del Rey, Tarazona de la Mancha, Casasimarro, Villagarcía del Llano, Madrigueras o Villalgordo de Júcar.
En la Guerra de Sucesión las tropas del Archiduque Carlos tomaron la villa, la saquearon y la incendiaron.
A partir del siglo XIX Villanueva de la Jara tuvo una importancia significativa que se vio reflejada en la construcción de un Colegio de Latinidad (el primero en la provincia de Cuenca).
En la Guerra Civil Española fue una de las bases del Ejército Leal Republicano y de las Brigadas Internacionales. En Villanueva de la Jara estuvieron George Orwell, Willy Brandt y Josip Broz Tito entre muchos otros, dentro de las Brigadas Internacionales, la Comitern y la Brigada Lincoln. En las afueras de la localidad se encuentran unos búnkeres de lo que fue aeródromo en tiempo de guerra.
Tras una época de gran importancia durante los años de la posguerra mucha gente tuvo que emigrar de Villanueva de la Jara.
A partir de 2000 empezaron a llegar inmigrantes de Sudamérica y Europa del Este para trabajar, principalmente, en el champiñón.
Podemos visitar:
Plaza Mayor.- Constituye el elemento central del pueblo. En uno de los lados se encuentra el Ayuntamiento, edificio renacentista del siglo XVI. El antiguo pósito, al lado del Ayuntamiento y hoy Centro Médico, es del siglo XV o del siglo XVI. Destaca la torre del Reloj de tres plantas. También se encuentra aquí la Posada Massó, de estilo renacentista, que constituye uno de los mejores exponentes de la típica posada castellana. En el otro extremo de la plaza se encuentra Villa Enriqueta, una casa palaciega del siglo XIX. El edificio fue mandado construir por Jesús Casanova para su uso como vivienda propia. Y si en un principio fue palacio, luego pasó a ser hospital militar durante la Guerra Civil española y actualmente es propiedad de una familia cuyas viviendas se sitúan en torno a un patio central.
Iglesia Parroquial de la Asunción.- Ostenta el título de Basílica y desde 1982 está declarada Monumento Histórico-Artístico. Esta iglesia se construyó con las piedras del antiguo castillo árabe de Villanueva allá por el siglo XV. El Altar Mayor posee un valioso retablo de tres cuerpos en madera dorada.
Iglesia del Carmen.- Antiguamente fue un convento de Frailes Carmelitas, que guarda la imagen de la Virgen de las Nieves. El edificio es de una sala nave con planta de cruz latina y cúpula de media naranja.
Rollo de Justicia.- Es un monumento histórico donde antiguamente se ejecutaba a quienes infringían las antiguas leyes. Se encuentra sobre una base de tres escalones, es un rollo cilíndrico encabezado por cuatro huecos, uno por cada cara.
El pueblo de Castilla-La Mancha pionero en el cultivo de champiñones.
Esta villa, que también destaca por su fuerte vertiente espiritual, fue pionera en el cultivo de estas setas de manera profesional en la década de los '60 y se ha consolidado como un importante exportador.
En la comarca de la Manchuela, en Cuenca, se encuentra un bonito pueblo que merece la pena explorar, un destino que obtuvo el privilegio de villazgo en 1476 de la mano de los Reyes Católicos. Pocos años más tarde, en 1580, llegó Santa Teresa de Jesús, figura religiosa que ha dejado un gran legado monumental e histórico en su entramado urbano. Estos hechos históricos convirtieron a esta localidad de Castilla-La Mancha en un importante centro espiritual con un rico patrimonio, pero sus encantos no se acaban ahí. Los amantes del buen comer deben saber que esta es también una orgullosa productora de champiñones, gran referente de esta provincia responsable del 54% de la producción nacional.
En Villanueva de la Jara la vida social tiene lugar en el centro del pueblo, en la plaza Mayor de estilo renacentista, lugar de encuentro en el que se ubican algunos de los elementos más destacados de la localidad. Así, se puede ver el edificio del Ayuntamiento del siglo XVI, que mantiene sus arquerías de medio punto, la Torre del Reloj, el Pósito, el primitivo Concejo y Cárcel Real, así como la Posada Massó -buen ejemplo de construcción renacentista- y Villa Enriqueta, un palacete de tres alturas que combina el modernismo con el neo-mudéjar.
Un paseo por los alrededores de esta permite, también, admirar las diferentes casas señoriales de los siglos XVI, XVII y XVIII de las que llaman la atención sus portadas, blasones y balcones de reja, así como otros puntos de interés como el rollo de justicia o los lavaderos norte y sur.
Muchos de los que llegan a este destino es para seguir las huellas de Santa Teresa de Jesús, a través de cuatro visitas fundamentales. En primer lugar, está la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, templo del siglo XVI que se cree se levantó sobre el primitivo castillo del marqués de Villena, realizado en estilo gótico tardío y con una torre campanario de 65 metros de altura que obedece a cánones renacentistas, donde se produjo la recepción de la santa y sus compañeras. En su interior destaca el retablo del altar mayor, la capilla de Cristo de la Llaga y la capilla de la Virgen del Rosario.
Las siguientes paradas son los conventos de Santa Ana y del Carmen, del que actualmente se conserva la iglesia que refleja un estilo propio de arquitectura carmelitana, obra de Fray Alberto de la Madre de Dios, y en el que destaca la imagen gótica de la Virgen de las Nieves –patrona de la villa– en el retablo. Por último, está el Centro Teresiano, un espacio para ayudar a los visitantes a descubrir su espiritualidad, creado en 2015 por la comunidad de las Carmelitas.
Villanueva de la Jara es también la tierra del champiñón, pues presume de tener una larga tradición en el cultivo de este hongo, que se remonta a la década de los 60. En ese entonces, los agricultores comenzaron a experimentar en la zona, y esta fue la primera localidad de España en hacerlo de forma profesional. Aquí se cultivan anualmente unos cinco millones de kilos de esta seta y unos 800.000 kilos de otras variedades. Una de las muchas empresas de esta localidad, Mercajara, destaca por contar entre sus variedades con la asiática shiitake, la cual les ha llevado a convertirse en una de las primeras productoras de esta seta china de Europa.
Por otro lado, este pueblo forma parte de la Ruta del vino de La Manchuela, por lo que toda escapada se puede completar con visitas a bodegas y viñedos, catas de los vinos locales, y a talleres donde se puede aprender el proceso de elaboración de vino. Así mismo, estos caldos pueden acompañarse de los platos típicos del lugar como el gazpacho manchego, creación campesina donde se emplean carnes de caza; el ajo arriero, con patata, migas de bacalao y de pan, huevos cocidos, aceite de oliva y ajo; y la caldereta, a la que se le añade, por supuesto, los champiñones de esta localidad.
Esta villa, que también destaca por su fuerte vertiente espiritual, fue pionera en el cultivo de estas setas de manera profesional en la década de los '60 y se ha consolidado como un importante exportador.
En la comarca de la Manchuela, en Cuenca, se encuentra un bonito pueblo que merece la pena explorar, un destino que obtuvo el privilegio de villazgo en 1476 de la mano de los Reyes Católicos. Pocos años más tarde, en 1580, llegó Santa Teresa de Jesús, figura religiosa que ha dejado un gran legado monumental e histórico en su entramado urbano. Estos hechos históricos convirtieron a esta localidad de Castilla-La Mancha en un importante centro espiritual con un rico patrimonio, pero sus encantos no se acaban ahí. Los amantes del buen comer deben saber que esta es también una orgullosa productora de champiñones, gran referente de esta provincia responsable del 54% de la producción nacional.
En Villanueva de la Jara la vida social tiene lugar en el centro del pueblo, en la plaza Mayor de estilo renacentista, lugar de encuentro en el que se ubican algunos de los elementos más destacados de la localidad. Así, se puede ver el edificio del Ayuntamiento del siglo XVI, que mantiene sus arquerías de medio punto, la Torre del Reloj, el Pósito, el primitivo Concejo y Cárcel Real, así como la Posada Massó -buen ejemplo de construcción renacentista- y Villa Enriqueta, un palacete de tres alturas que combina el modernismo con el neo-mudéjar.
Un paseo por los alrededores de esta permite, también, admirar las diferentes casas señoriales de los siglos XVI, XVII y XVIII de las que llaman la atención sus portadas, blasones y balcones de reja, así como otros puntos de interés como el rollo de justicia o los lavaderos norte y sur.
Muchos de los que llegan a este destino es para seguir las huellas de Santa Teresa de Jesús, a través de cuatro visitas fundamentales. En primer lugar, está la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, templo del siglo XVI que se cree se levantó sobre el primitivo castillo del marqués de Villena, realizado en estilo gótico tardío y con una torre campanario de 65 metros de altura que obedece a cánones renacentistas, donde se produjo la recepción de la santa y sus compañeras. En su interior destaca el retablo del altar mayor, la capilla de Cristo de la Llaga y la capilla de la Virgen del Rosario.
Las siguientes paradas son los conventos de Santa Ana y del Carmen, del que actualmente se conserva la iglesia que refleja un estilo propio de arquitectura carmelitana, obra de Fray Alberto de la Madre de Dios, y en el que destaca la imagen gótica de la Virgen de las Nieves –patrona de la villa– en el retablo. Por último, está el Centro Teresiano, un espacio para ayudar a los visitantes a descubrir su espiritualidad, creado en 2015 por la comunidad de las Carmelitas.
Villanueva de la Jara es también la tierra del champiñón, pues presume de tener una larga tradición en el cultivo de este hongo, que se remonta a la década de los 60. En ese entonces, los agricultores comenzaron a experimentar en la zona, y esta fue la primera localidad de España en hacerlo de forma profesional. Aquí se cultivan anualmente unos cinco millones de kilos de esta seta y unos 800.000 kilos de otras variedades. Una de las muchas empresas de esta localidad, Mercajara, destaca por contar entre sus variedades con la asiática shiitake, la cual les ha llevado a convertirse en una de las primeras productoras de esta seta china de Europa.
Por otro lado, este pueblo forma parte de la Ruta del vino de La Manchuela, por lo que toda escapada se puede completar con visitas a bodegas y viñedos, catas de los vinos locales, y a talleres donde se puede aprender el proceso de elaboración de vino. Así mismo, estos caldos pueden acompañarse de los platos típicos del lugar como el gazpacho manchego, creación campesina donde se emplean carnes de caza; el ajo arriero, con patata, migas de bacalao y de pan, huevos cocidos, aceite de oliva y ajo; y la caldereta, a la que se le añade, por supuesto, los champiñones de esta localidad.





































No hay comentarios:
Publicar un comentario